Nacido en La Mesa (California), Bill poseía un aire rebelde que comenzó a asomar en la universidad de U.C.L.A. Su posición totalmente contraria a la guerra de Vietnam le valió un arresto después de una manifestación en el Campus. Allí destacaría tanto a nivel individual como uno de los jugadores más determinantes de la NCAA – coincidiendo en el equipo con otra leyenda como Lew Alcindor (Kareem Abdul-Jabbar)- como a nivel colectivo: logró dos títulos nacionales en 1972 y 1973 antes de saltar a la NBA. Su balance colegial fue impecable: 86 victorias por tan sólo 4 derrotas.
Fue elegido por los Trail Blazers como número 1 de Draft de 1974, y su outfit hippy con la camiseta de Portland tampoco pasó desapercibido. Como sus constantes problemas con las lesiones que marcaron su carrera deportiva.
Muy castigado por las mismas, pasó posteriormente por San Diego y por Los Clippers antes de recalar en los Boston Celtics. Allí se retiró en 1987 con 34 años no sin antes conseguir el título de mejor sexto hombre y el codiciado anillo de campeón en la temporada 85-86 (ganó dos). Su hambre de victorias a pesar de las lesiones y su veteranía era resaltada por Kevin McHale, al que le servía como herramienta de motivación. Este Hall of Fame tuvo el privilegio de ser entrenado por John Wooden y reclutado por otro grande en los despachos, Red Auerbach.
Bill era un tipo muy abierto y risueño que daba siempre un toque de humor en las retransmisiones de la ESPN en donde narraba partidos de la NCAA junto a su inseparable Dave Pasch. Daba la nota de color con sus comentarios sin pelos en la lengua y sus camisas floreadas. En su lucha fuera de las canchas no pudo vencer a un cáncer que acabó con él a la edad de 71 años dejando una huella imborrable en la NBA. Descanse en Paz.