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Mágica, es la palabra que mejor puede definir lo vivido esta noche en Salamanca.
Con un ambiente que hacía mucho tiempo no se respiraba en la capital charra, Avenida tenía enfrente un desafío de muchos kilates, enfrentarse al actual campeón de Euroliga.
Tras los últimos dos partidos, la situación del equipo era de: Progresa Adecuadamente, y se enfrentaban a un reto mayúsculo para confirmar su recuperación anímica, Sopron Basket.
La escuadra húngara, llegaba a Salamanca con ese «áurea» de estrella, que solo tienen los equipos que han ganado algo importante, y ellas venían a jugar su baza.
Sopron no es solamente Jelena Brooks, Magbegor es una pivot descomunal, la veterana Fegyverneky es toda una leyenda en el baloncesto europeo, Turner una inagotable base, en definitiva un grupo de jugadoras de altísimo nivel.
Lo que sucede es que Avenida, siempre vuelve y toma su sitio, demostrando a todo el mundo que dar por muerto al «monstruo» fue un error.
Que las azulonas no estaban solas, eso ya quedó patente semanas atrás, pero hoy había montado un espectáculo en las gradas, y ese comodín lo tenían que aprovechar las chicas de Pepe Vázquez.
Desde el inicio del partido se vio la actitud de las jugadoras, rapidez, defensa axfisiante y sobre todo tranquilidad.
Las charras pronto se pusieron 7-0 y David Gaspar tuvo que parar el partido porque se temía que el «roto» fuese demasiado grande y solo llevábamos unos minutos del primer cuarto.
De haber tenido algo más calma, la diferencia hubiese sido de escándalo, pero las ganas de hacerlo bien y hacerlo pronto, provocaron errores de precipitación en las locales.
No importaba, la Marea Azul tiraba de ese barco, abandonado por algunos en su día, pero nunca por el sentimiento de esfuerzo, corazón y entrega que lleva innata la masa social de Avenida.
Tras unos minutos con muchas imprecisiones, Silvia, Fasoula, Vilaró, Carleton, Onyenwere, Gulbe, … daba igual, cualquiera se multiplicaba para ahogar los ataques de las húngaras y quitarles la posesión.
Rebotes ofensivos, anticipaciones, robos de balón,… esto no lo habíamos visto hace tiempo y tiene un culpable: creo que todos sabemos quién es.
Tras un primer cuarto muy intenso, Avenida se lo llevó 17-12, quizás un poco escaso por lo visto, pero ilusionante en cuanto al espectáculo.
Sopron apretó, ajustó la pintura con una Magbegor poderosísima, pero las salmantinas atacaron ese planteamiento con un tiro exterior fantástico.
Y ello aumentó la confianza de las chicas, provocando en su rival momentos de zozobra en los que no sabían muy bien qué decisión tomar.
Solo Brooks mantenía el tipo, imparable la serbia, en la zona, en tiros de 6,75, su calidad es excelsa; también Magbegor daba muestras de su clase: de las mejores 5 que hemos visto últimamente.
En el bando local, Fasoula bailaba a su ritmo, cada vez más y mejor, el nivel de la griega es fabuloso y se hace más grande cuanto más entidad tiene el rival.
Las perfumeras en grupo, funcionaban como un engranaje perfectamente ensamblado, quizás no todos sepan encajar las piezas (aún teniendo un gran currículum), pero en esta vida también hay oportunidades para los «buenos» mecánicos.
En el segundo cuarto, las de Gaspar, se pusieron a 3, (25-22), quizás en el único momento de dudas que se le vio al conjunto salmantino, pero fue un espejismo.
En otro arreón, maniataron a las magiares, provocando aún más dudas en sus decisiones, todo ello rematado por otra tanda de triples, el de Nogic especialmente aplaudido por la grada.
Al descanso y con un público entregado a sus jugadoras, disfrutando del espectáculo, con un baloncesto de calidad, Avenida abría brecha y dejaba patente su compromiso con esta competición 39-26.
La satisfacción por lo visto durante los primeros 20 minutos provocaba una ovación en la afición salmantina que en pie, despedía a las suyas camino de los vestuarios.
Tras la pausa, el guion seguía siendo el mismo: rapidez, ayudas y defensa sin dejar aliento al rival, que lo sufrió y se vio superado por las perfumeras en todos los aspectos del juego.
Rebotes ofensivos de Fasoula, Onyenwere, ayudas en defensa que desconcertaban a las húngaras; gran robo de balón de Reisingerova en una presión defensiva, Carleton poniendo un tapón, reboteando, multiplicándose; gran partido de la canadiense.
En cuanto a Onyenwere, muy incisiva, rápida y acertada 3 de 3 en triples, fantásticos minutos de la americano-nigeriana.
Todo bajo la batuta de Silvia Domínguez y Maite Cazorla, ambas turnándose en la dirección y con excelente resultado en ambos casos.
Vilaró tiene un capítulo aparte, lo de esta mujer es asombroso, su papel en Avenida es de tal importancia, que cuando está en cancha sabes que van a pasar cosas buenas para el equipo, 12 ptos. 5 reb. 2 asis.
El tercer cuarto concluiría con una renta que sin dar una tranquilidad completa, tenía a la Marea Azul «encantada» 59-39, pero había que rematar la faena.
Y en el cuarto definitivo las fuerzas llegarían hasta donde se pudiera, el esfuerzo realizado hasta entonces había sido brutal, y Sopron intentó traer los fantasmas del pasado a Würzburg.
A base de triples, ahora eran las húngaras las que se empleaban a fondo; Brooks, Magbegor y Czukor, martilleaban el aro local, con evidentes muestras de cansancio en las azulonas aunque Pepe Vázquez supo regular y controlar los embites de las magiares.
Era el momento de apretar y Würzburg, en una de sus noches más espectaculares, jugó el partido como una integrante más del equipo.
Aunque la renta de +20 se fue reduciendo ante el empuje de Brooks y Magbegor, el partido se había ganado en los otros 3 cuartos y Avenida dio un golpe en la mesa avisando a futuros rivales.
El final del partido fue una ovación constante por parte de las repletas gradas de Würzburg hacia sus «chicas», venciendo y convenciendo; 74-61 es algo más que un resultado: es el regreso de Avenida.
Enhorabuena a todos los estamentos del club, sin duda el barco tiene mucha vida aún.
Javier Martín.
