Compartir
Compartir
Cuando llevas mucho tiempo viendo baloncesto hay detalles con los que te quedas, rutinas que forman parte de este bello deporte con las que, puedes llegar con vida al final de un partido o incluso ganarlo.
Avenida llegaba a Bolonia con el liderato del grupo en juego, frente a una Virtus que está dando muy buena impresión como conjunto, compensado y bien armado.
Empezó el choque con muy buenas sensaciones para las salmantinas, acertadas en los inicios (fue un espejismo) y cerrando bien la zona defensiva provocando muchas imprecisiones en las jugadoras italianas.
Duró apenas 5 minutos del primer cuarto, porque en seguida el conjunto local se puso al frente del marcador y no lo dejaría hasta el final.
Recital de triples que acribillaron la débil propuesta defensiva planteada por Pepe Vázquez, sin ideas, sin ritmo y lo peor: sin parar la sangría que supuso la ventaja obtenida por el conjunto italiano.
Parar el partido en momentos claves es algo que se aprende viendo mucho baloncesto, es tan básico que hasta los que empiezan en categorías inferiores hacen uso de ello, el porqué no lo utilizó el entrenador gallego, es algo que no entendemos.
La descomposición del equipo se produjo ya en el primer cuarto y sin poner remedio a tal desbarajuste, fue aprovechado por las transalpinas para poner tierra de por medio y obtener una ventaja que cada vez iba a más, 26-14 a la conclusión del primer cuarto.
Con una Prince más activa y Fasoula «pegándose» con Cox, las salmantinas apenas podían ofrecer más en este envite, en parte por una dirección cuestionable y por la falta de recursos en pista.
En el lado Italiano Dojkic destrozaba cualquier atisbo de reacción de las azulonas, triples y triples que no podían ser respondidos por las charras ya que hoy, no entraban ni las bandejas.
Hartley aún no ha dado lo que se espera de ella, el tiempo pasa y algunas piezas del puzzle no encajan del todo, o quien tiene que colocarlas no acierta con la posición, mucha tarea por hacer.
El segundo cuarto fue peor, Avenida no encontraba el norte y las locales se iban de 13 ptos. Con un ritmo que convenía más a las italianas, la ventaja se veía reducida pero una mala defensa al finalizar el cuarto propició un nuevo triple que puso el 41-31 al descanso.
Al regreso, más de lo mismo, poca concentración y parcial de 6-0 en contra, la diferencia ya se antojaba imposible de recortar y más aún cuando se produjo la peor de las noticias para el conjunto salmantino, Fasoula se hizo daño en la zona visitante tras una disputa por el balón y las sensaciones eran muy preocupantes tras ver los gestos de dolor.
Sin la mejor jugadora en pista y el equipo muy tocado, la posibilidad de competir quedaba muy mermada, con parte del tercer cuarto y el último por disputar con una desventaja importante.
Un «imposible» por delante, las charras se echaron a las espaldas la responsabilidad y garra para engancharse al partido, si bien el tiempo era un enemigo demasiado poderoso para volcar la balanza del lado azulón, aún así y tras una reacción espectacular se pusieron a tiro pero insuficiente para llevarse el partido.
79-75 en el último suspiro, después de ir perdiendo casi de 20, consecuencias de llegar tarde a la cita, de no haber leído bien el partido y no tener alternativas para solucionar defensas y ataques tan explosivos como el de la Virtus (11 triples).
Ahora lo único importante es saber el alcance de la lesión de Fasoula, no pinta bien pero habrá que esperar al diagnóstico y esperemos que sea lo más leve posible.
Gameday 3 ELW
VIRTUS BOLOGNA 79 (26+15+23+15): Lauren Cox (5), Ivana Dojkic (19), Francesca Pasa (13), Haley Peters (12), Cecilia Zandalasini (5) – Olbis Andre (10), Chiara Consolini (0), Beatrice del Pero (0), Ilana Rupert (15).
PERFUMERÍAS AVENIDA 75 (14+17+16+28): Olcay Cakir Turgut (0), Bria Hartley (4), Andrea Vilaró (5), Alexis Prince (20), Mariella Fasoula (14) -cinco inicial-, Antonia Delaere (0), Silvia Domínguez (7), Laura Gil (7), Sika Kone (8), Leonor Rodríguez (10).
ÁRBITROS: Amel Dahra (Francia), Paulina Karolina Gajdosz (Polonia), Alin Faur (Rumanía)
