Los Cavaliers se llevan otro partido. Esta vez tocó en Minnesota, la tierra que acogió a Ricky Rubio y que le expulsó el pasado verano en un traspaso.
Los Cavaliers suman una y disparan sus expectativas en esta primera porción de la temporada. Ganan a rivales de entidad en casa y también sacan victorias a domicilio contra equipos de su nivel o uno muy parecido. Este último es el caso de su enfrentamiento con los Timberwolves en el Target Center, una noche lúcida para los de Bickerstaff que quedó sentenciada casi al descanso. El equipo de Cleveland es una máquina de jugar y, ante un conjunto que debe mejorar en defensa una barbaridad para aspirar a meterse en las eliminatorias por el campeonato, se soltó desde el principio.
Finch fue en esa línea, pero siendo bastante duro: «El comienzo ha sido pobre, pero el resto de partido ha sido enteramente inaceptable. En esta liga, si no elevas el nivel al principio, dejas que los demás tengan una buena y confortable noche». Towns también optó por las palabras gruesas: «En los últimos tres partidos no nos están ganando, nos están zurrando. Llegamos al pabellón y nos pasan por encima, es tan simple como eso». Cimentada en la primera mitad, la victoria de los Cavs terminó dándose por 106-123. Los visitantes tuvieron a ocho jugadores en 20 o más minutos de juego y siete de ellos terminaron con dobles dígitos en el casillero; el único que no lo logró fue Ricky Rubio, autor de 6 puntos, 8 asistencias y 4 rebotes, que salió a la fuerza de Minnesota el pasado verano y ahora, pese a no ser éste su mejor partido, se toma una pequeña revancha ante sus ex en el entorno en el que tanto maduró.
Los Timberwolves llegaron a verse dieciséis abajo con sólo cuatro minutos y medio de encuentro en marcha. Lo que vino después no fue ninguna mejora de enormidad. Volvió a haber doble-doble para Darius Garland y Jarrett Allen, este segundo ya en la órbita de la selección nacional tras la entrada de Kerr en ese banquillo, y también para Kevin Love, desde el banquillo en su caso. El conjunto local no se acercó con peligro en la segunda mitad de la jornada y los Cavaliers pudieron cerrar con tranquilidad.
Cleveland abrió con ese 4-20 y dejó atolondrados a los visitantes, de oscuro como si llevaran el luto ante lo que ocurriría aquí. Se tomaban las decisiones correctas en ataque y el vendaval era de DANA. A los veinte puntos de ventaja se asomaron en el segundo periodo, superándolo tras un triple del acertado Markkanen. También se había soltado Garland, que te hace un traje si le dejas espacio y tiene la noche. Y en la pintura Towns tenía que lidiar con Love o Allen, que le rebañaban rechaces que son necesarios para que estos Wolves gocen de más oportunidades. La baja de D’Angelo Russell se sigue notando, aunque en este compromiso los problemas fueron otros. Cómo se filtraba Garland entre la defensa es algo que, por ejemplo, se podría preguntar Beverley, muy activo en el partido anterior criticando la de Gobert a pesar de su derrota. No rebajaron la desventaja en demasía y así se quedó ese +17 y esa imagen de desidia que tanto preocupa en Minny.