Este año los Sixers eran de los candidatos a alzarse con el título de NBA y más contando con el MVP de la temporada regular Joel Embiid y un jugador diferencial como James Harden que tiene en sus manos muchos puntos en momento decisivos de la temporada.
Han caído en el séptimo partido en semifinales ante unos grandes Boston Celtics, y el primero en caer ha sido el entrenador Doc Rivers. No ha sentado nada bien caer tras ir dominando la serie 3-2 y verse superados en el séptimo partido por una diferencia que no les permitió luchar por meterse en la Final de Conferencia.
La franquicia de Filadelfia estaba ante una gran oportunidad de meterse en una Final que no alcanza desde el 2001, donde había un tal Allen Iverson al mando del equipo y con Larry Brown dirigiendo al equipo. En los tres años de Rivers en la franquicia han caído siempre en segunda ronda y esta vez parecía que el proyecto si que tenía opciones de llegar muy lejos, pero no ha sido así y se quedan en las puertas de la gran final.
La derrota ha supuesto el fin de Doc Rivers como entrenador de Sixers y se le ha señalado mucho como culpable de la eliminación de su equipo, sobre todo por su mala gestión en playoff donde las estadísticas le dan siete eliminaciones en estas rondas teniendo ventaja en sus series.
Se le achaca la falta de dirección en este tipo de partidos a pesar de su experiencia con más de 1000 triunfos a sus espaldas y el anillo del 2008 dirigiendo a los Celtics de Boston.
No será la primera decisión importante que deban tomar los dirigentes de Philadelphia que tiene sobre la mesa el futuro de Harden que puede rechazar la oferta de Sixers para ser agente libre y deberá moverse pronto para elegir un nuevo inquilino para el banquillo y nombres van a sonar hasta que se decidan por uno de ellos.
Lo que está claro es que la franquicia deberá moverse para volver a crear un proyecto que ilusione a los aficionados de la franquicia y que dé ese paso que le acerque un poco más al título.