Los Lakers habían perdido tres Finales seguidas y en la temporada 1970-71 no contaron con los lesionados West y Baylor en playoff; sin ellos quedaron eliminados en finales de conferencia ante los Bucks, que serían los campeones.
Con ambos jugadores recuperados, junto a Wilt Chamberlain, Gail Goodrich y Happy Hairston esperaban formar el mejor quinteto de la competición y volver a disputar las Finales. Al mando del equipo Bill Sharman, un experimentado jugador cuatro veces campeón con solo cinco temporadas de experiencia como entrenador, dos en la NBA y tres en la ABA. Comenzaron con cuatro victorias, pero West se torció el tobillo en ese cuarto triunfo y a continuación perdieron tres de los siguientes cinco partidos. El 31 de octubre perdían contra los Warriors, en el que sería el último partido de uno de los mejores jugadores de la historia, Elgin Baylor. En agosto, tras solo disputar dos partidos en la temporada por problemas en el tendón de Aquiles, había anunciado que esta temporada sería su última como profesional. «Sería fantástico si pudiéramos ganar todo». A los nueve partidos, con unos promedios de 11,8 puntos en 26,6 minutos, el entrenador Bill Sharman dijo que Baylor iba a ser reemplazado en la alineación titular por Jim McMillian, jugador de segundo año. Baylor nunca había sido suplente y el 4 de noviembre adelantó su retirada debido a persistentes problemas en la rodilla. “Fuera de ser justos con los fans, a los Lakers, y para mí, siempre he querido llevar a cabo en la cancha el nivel y la altura de los estándares que he establecido a lo largo de mi carrera«. «No quiero prolongar mi carrera en un momento en que no puedo mantener estos estándares.» – dijo Baylor a la prensa reunida en El Forum. Sin Baylor y con West tocado se volvía a complicar la temporada.
Al día siguiente (5/11/1971), West regresaba tras cinco partidos para enfrentarse a Baltimore Bullets. Goodrich tomó las riendas y anotó 31 puntos, McMillian terminó con 22 puntos y 13 rebotes y Chamberlain aportó 12 puntos, 25 rebotes y 6 asistencias para que los Lakers vencieran 110 a 106. Después ganaron a Warriors, Knicks y Bulls. Llegaron a Philadelphia y solventaron el encuentro en la primera parte (72-45). Goodrich (34 puntos, 8 rebotes, 9 asistencias), Hairston (21 puntos, 11 rebotes) y West (20 puntos, 8 rebotes, 10 asistencias) fueron los mejores en la victoria por 40 puntos sobre los 76ers, 143-103. Tras ganar a SuperSonics en Los Angeles, viajaron a Portland y a falta del último cuarto ya dominaban 103-69, con buenas actuaciones de los menos habituales, Leroy Ellis (27 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias) y Flynn Robinson (19 puntos, 9 rebotes, 7 asistencias). Seguían ganando cada partido, cuando un jugador no estaba bien destacaba el compañero. En la decimotercera victoria consecutiva, Chamberlain (31 puntos, 31 rebotes) y West (25 puntos, 18 asistencias) estuvieron imparables para los Pistons, que perdieron 132-113 en El Forum. En el siguiente partido frente a SuperSponics, arrasaron entre el segundo y el tercer cuarto con un parcial de 81-46, que les llevó a ganar por 138 a 121. Ante la ausencia de McMillian, Pat Riley fue titular y acabó con 20 puntos. Ahora les tocaba visitar Boston y los anotadores exteriores West (45 puntos) y Goodrich (33 puntos) pusieron todo su empeño en llevarse la decimoquinta victoria consecutiva (124-111). La dinámica del equipo era muy difícil de parar, dos días más tarde en Philadelphia remontaron en la segunda parte endosando un 73-47 que les llevó a un nuevo triunfo (131-116). McMillian consiguió su máxima anotación de la temporada (41 puntos), y West (32 puntos, 9 rebotes, 9 asistencias) y Goodrich (28 puntos) estuvieron en su línea. Dos partidos más adelante, la pareja de moda, West (33) y Goodrich (42), combinó 75 puntos para vencer en un partido igualado (125-120) a Houston Rockets.
La mejor racha de victorias seguidas la había conseguido Milwaukee Bucks la temporada anterior. Abdul-Jabbar, Robertson, Dandridge y compañía habían logrado 20 victorias consecutivas entre febrero y marzo de ese mismo año. Con ese registro a punto de igualarse, los Lakers recibían en casa a Phoenix Suns. El equipo de Arizona se lo puso complicado, comandados por Dick Van Arsdale (31 puntos) y Connie Hawkins (28 puntos, 19 rebotes) remontaron en el cuarto periodo y el partido se fue a la prórroga. Finalmente, los angelinos dominaron en el tiempo extra y vencieron 126 a 117, empatando el record de 20 victorias. Los más destacados fueron Goodrich (32 puntos), McMillian (31 puntos), Chamberlain (14 puntos, 28 rebotes, 7 asistencias), West (28 puntos, 11 asistencias) y Ellis (17 rebotes). El 12 de diciembre llegaban los Atlanta Hawks a Los Angeles y dieron guerra hasta el final. Los Lakers solo iban un punto arriba a falta de un minuto, pero tres robos en los últimos 39 segundos, les llevaron a la victoria por 104 a 95, con la que establecían un nuevo record. Goodrich (32) y West (26) fueron los máximos anotadores. «Habíamos estado jugando un buen baloncesto hasta la última parte del tramo», dijo Chamberlain después del partido. «Pero la presión comenzó a alcanzarnos. Todos nos cansamos un poco. Ha sido difícil… Realmente, estoy muy contento de que haya terminado«.
Una vez superada la marca de los Bucks, los periodistas recordaron las 26 victorias consecutivas del equipo de beisbol New York Giants de 1916, la racha más larga en los deportes de equipo profesionales estadounidenses. El equipo californiano seguía sumando triunfos, como la vigesimoquinta victoria, en la que consiguieron 83 puntos en la segunda mitad para acabar venciendo 154-132 a los 76ers. Chamberlain estuvo dominante con 32 puntos y 34 rebotes, y siete jugadores anotaron al menos 12 puntos. Los partidos seguían contándose como victorias, Braves, Bullets, Rockets, Braves, SuperSonics, Celtics (con 40 puntos de Goodrich) y Cavaliers, hasta llegar a las 32. Parecían incapaces de perder. El 7 de enero viajaron a Atlanta y arrasaron 134-90. Un triunfo más y ya eran 33 seguidos. El balance era de 39 victorias y 3 derrotas.
En el siguiente partido tocaba en casa de los campeones Bucks. El juego era igualado, pero los Bucks iban 7 arriba al inicio del último cuarto. Abdul-Jabbar (39 puntos, 20 rebotes, 5 asistencias), Oscar Robertson y Lucius Allen combinaron 36 puntos en el último cuarto llevándose la victoria 120-104 y terminaron con la impresionante racha de Los Angeles Lakers.
Durante los 33 partidos, promediaron 119,4 puntos con una diferencia promedio de 12 puntos sobre los rivales.
Estadísticas de los jugadores durante los 33 partidos:
Chamberlain – 33 partidos / 12,5 puntos / 20,3 rebotes / 4,4 asistencias / 42,9 minutos I West – 33 partidos / 25,8 puntos / 4,5 rebotes / 10,2 asistencias / 39,0 minutos I Goodrich – 33 partidos / 26,8 puntos / 3,6 rebotes / 4,5 asistencias / 36,9 minutos I McMillian – 31 partidos / 20,1 puntos / 7,6 rebotes / 2,5 asistencias / 38,5 minutos I Hairston – 33 partidos / 13,6 puntos / 11,0 rebotes / 1,9 asistencias / 32,4 minutos I Ellis – 32 partidos / 6,0 puntos / 5,1 rebotes / 0,8 asistencias / 19,4 minutos I Robinson – 33 partidos / 10,7 puntos / 2,1 rebotes / 2,3 asistencias / 17,0 minutos I Riley – 27 partidos / 6,8 puntos / 2,1 rebotes / 1,4 asistencias / 14,1 minutos I Trapp – 18 partidos / 3,8 puntos / 2,1 rebotes / 0,3 asistencias / 6,2 minutos I Cleamons -17 partidos / 2,7 puntos / 0,7 rebotes / 1,1 asistencias / 5,1 minutos
Después de la derrota vencieron 30 de los 40 partidos restantes y establecieron el mejor balance de victorias en ese momento (tercero histórico actualmente), 69-13. En playoff se deshicieron de Bulls y Bucks sin apenas problemas y se repetía final contra los Knicks. La idea de una nueva derrota en la Final rondaba al perder el primer asalto. Esa derrota se iba a quedar en un susto ya que los angelinos reaccionaron y no dieron más opciones, vencieron los cuatro partidos seguidos. Era el primer campeonato para Los Angeles y a West le llegó la recompensa, que no pudo compartir con su compañero Baylor, tras ocho finales disputadas. Goodrich fue el máximo anotador y Chamberlain el MVP.
Jerry West describió a este grupo como «… el mejor equipo en el que he estado. Olvídate de las personalidades. Teníamos muchas diferentes. Pero cuando ves a este equipo en la cancha, es como si una mente pensara igual«.