«El talento solo es una parte del éxito, el resto es trabajo y sacrificio». La cita parece resumir a la perfección la labor que caracteriza a algunos profesionales del deporte. En el caso del baloncesto, un ejemplo lo constituye César Rúperez (Pamplona, 1975). El técnico navarro atesora una amplia trayectoria profesional, que le ha permitido adentrarse en diversas competiciones. Tras su paso por la Liga Femenina 2 y la máxima categoría, se le presentó la oportunidad de hacer las maletas rumbo a China para embarcarse en nuevos retos. Durante las últimas campañas, su trabajo con el Shanxi Riu Flame y en la Selección China Femenina absoluta se ha visto recompensado con creces. En este sentido, en su palmarés también sobresalen tres medallas con la selección española y un título de la EuroLeague Women conquistado con el Dynamo Kursk-.
Comenzado por tus raíces, ¿nos refrescas la memoria adentrándonos en tus inicios como técnico y los motivos que te impulsaron para adentrarte en este mundo?
Yo me formé como jugador en el Club Baloncesto Maristas de Pamplona. En este club era un proceso bastante natural empezar a entrenar equipos benjamines y alevines cuando todavía eras jugador. Mi talento como jugador era bastante limitado, así que cuando dejé de jugar empecé a entrenar equipos de más categoría. Me gustaba la parte didáctica de ser entrenador y sobre todo la sensación de conseguir que un grupo de jugadores se convirtieran en un equipo y luchara por objetivos comunes. Convertirme en entrenador profesional fue algo que nunca me había planteado pero cuando llego la oportunidad decidí hacerlo y pude convertir mi pasión en mi trabajo.
¿Qué recuerdos guardas de tu paso por clubes españoles?
Entrené en dos clubes de mi ciudad: en el Club Baloncesto Marista (hasta la liga EBA) y Unión Navarra Basket (donde entrené en Liga Femenina 2 y Liga Femenina). En total, fueron 10 años en categorías senior. Tengo muy buenos recuerdos de ambos, independientemente de los resultados. Entrenar en tu casa y rodeado de gente que son realmente tus amigos es un privilegio. ¡La perspectiva del tiempo me ha hecho valorarlo si cabe aún más!
Aprovechando tu experiencia tanto en Liga Femenina 2 como en la ahora denominada Liga Femenina Endesa, ¿qué opinión te merece la creación de la Liga Femenina Challenge?
Me parece una excelente idea. La estructura de competiciones femeninas en España necesitaba una categoría como la Liga Femenina Challenge, que suponga un segundo nivel a semejanza de la liga LEB Oro en masculino. Esta competición permite llevar el baloncesto femenino de alto nivel a más ciudades y permite a jugadoras jóvenes tener una categoría donde desarrollarse. Por último, esta categoría es la adecuada para que proyectos ambiciosos vayan creciendo y asentándose para afrontar con más garantías de todo tipo (sociales, económicas y deportivas) un posible ascenso a la liga Femenina Endesa.
A estas alturas, ¿cómo definirías tu filosofía de juego como entrenador?
Para empezar, creo que la filosofía en cada equipo se va construyendo en el día a día y es muy difícil “imponer” algo… Creo que consiste en construir una forma de jugar que se adapte a tu equipo según sus características, tanto técnicas como humanas. Me gusta que mi equipo disfrute atacando como tal, sin poner demasiada presión en una o dos jugadoras; de forma que compartir el balón y anotar sean responsabilidades compartidas. En defensa, intento que mis jugadoras se ayuden, comuniquen mucho y sepan adaptarse rápido a las circunstancias cambiantes de cada partido.
En lo que respecta a tu salto a la liga china, ¿qué diferencias principales encuentras entre el baloncesto europeo y el asiático?
El baloncesto asiático es un estilo basado en la velocidad de ejecución y el tiro de larga distancia, con factores comunes en todos los países. En el caso particular de China, se añade un físico a nivel top mundial debido a su numerosa población. El baloncesto europeo es más avanzado en la lectura de juego y en la variedad y adaptabilidad táctica de las jugadoras.
En algún momento, ¿ has notado que se te da poca visibilización por parte de los medios de comunicación en España al competir en el extranjero?
He aprendido a no estar muy pendiente de la repercusión o difusión que tiene mi trabajo en los medios de comunicación, sea en España o en otros lugares. Se agradece cuando medios como el vuestro os acordáis de mí, pero no es algo que me preocupe. Si que detecto un respeto por mi trayectoria, eso me hace sentir orgulloso. En particular, siento el cariño y la cercanía de los equipos o personas con las que ya he trabajado. Eso para mí tiene mucho valor.
En 2016 te embarcaste en un reto profesional siendo entrenador ayudante del Dynamo Kursk, donde permaneciste varias temporadas. ¿Qué puedes contarnos de esa época?
Los tres años en Kursk fueron increíbles porque me permitieron competir al máximo nivel en Europa, llegando a tres final four y consiguiendo una Euroliga y una supercopa europea. Pude convivir con estrellas mundiales de las que aprendí mucho en el día a día tanto a nivel técnico como a nivel mental. ¡Guardo también un gran recuerdo del club y de las personas que trabajan allí!
El baloncesto ruso dominó el panorama europeo durante la mayor parte del siglo XX y la afición allí es una afición entendida . Además, en las ciudades existe una gran tradición de clubes que llevan muchos años compitiendo. La Superliga rusa es una competición muy bien organizada y de mucho nivel, tanto por las jugadoras rusas como por las extranjeras que juegan allí.
Durante esos años, también formaste parte del cuerpo técnico de la selección española. Con ella conquistaste grandes hazañas, concretamente dos bronces en 2014 y 2018. ¿Cuáles crees que fueron las claves del éxito para ambas citas?
¡Fueron años increíbles en cuanto a resultados! Una plata en Turquía 2014, una plata en Rio 2016 y un bronce en Tenerife 2018 si hablamos de competiciones a nivel mundial. El grupo de jugadoras tenía un gran nivel técnico, pero sobre todo una capacidad de competir en cualquier circunstancia que convirtió al equipo en referencia a nivel mundial y por supuesto europeo. La defensa y el ADN competitivo de las jugadoras fueron las claves para esos éxitos.
En 2022 se te presentó la oportunidad de fichar por la selección China. ¿Cómo se te planteó esta oportunidad?
Llevaba 3 años entrenando en la WCBA como primer entrenador y era mi séptimo año en el baloncesto chino. La Federación China estaba buscando un perfil de entrenador que les ayudara a crecer en el aspecto táctico y mental para la preparación del mundial del Australia. Mi conocimiento de la competición, de las jugadoras y mi trayectoria previa con la selección española en competiciones internacionales hicieron que pensaran en mí.
¿Cómo describes al combinado nacional y qué ambiente se respira en el vestuario?
La selección China tiene una capacidad de trabajo y disciplina que le permite estar a nivel top mundial. El ambiente no es muy distendido, pero eso es producto de su educación y su cultura en la que mostrar sus emociones no es tan habitual como en los países europeos. Aún así, tanto el staff como las jugadoras están muy unidos: llevan tiempo trabajando con un grupo bastante estable y creo que podría considerarse más un equipo que un combinado o una selección.
Ambas partes agrandaron su historia el año pasado con la consecución de la plata en el Mundial de Sydney. ¿Qué significado tuvo para ti alcanzar la medalla? ¿Cuáles fueron las claves del éxito?
La consecución de la medalla en Sydney fue algo histórico para el baloncesto chino. Llevaban más de 20 años sin conseguir pasar la barrera de cuartos en competiciones a nivel mundial, así que fue una gran alegría para todos. A nivel personal y siendo el primer año que estaba con el equipo, me sentí muy satisfecho de mi aportación y muy orgulloso de conseguir mi tercera medalla mundialista. Las claves del éxito fueron la unión del grupo, la confianza de creer que se podía competir contra cualquier selección excepto USA y conseguir que 9/10 jugadoras pudieran aportar en cada partido lo cual nos hizo llegar con frescura física a los partidos clave.
¿Cómo ves el futuro del baloncesto chino, teniendo en cuenta la nueva generación de jugadoras?
¡El futuro a muy corto plazo es brillante! Actualmente, existe en la selección una mezcla perfecta entre jugadoras con amplia experiencia en competiciones internacionales y jugadoras jóvenes que están en proceso de mejora, lo cual supone también mejorar el nivel de la selección. Poco a poco, las jugadoras chinas irán saliendo a jugar más veces en ligas internacionales y eso aumentará la capacidad competitiva de la selección.
Por otra parte, ¿cómo te impactó la pandemia provocada por el COVID-19 y qué tal llevaste el confinamiento?
Con las medidas que China implantó debido al COVID-19 han sido años muy duros, con muchas cuarentenas e incertidumbre en el día a día. La WCBA se ha jugado estos años en un formato muy corto y en burbuja. El impacto inicial fue fuerte. He intentado adaptarme a las circunstancias y no darle muchas vueltas a los aspectos que estaban fuera de mi control.
Si pudieras crear un quinteto inicial formado por jugadoras que hayan estado bajo tus instrucciones, ¿a quiénes escogerías?
Es una pregunta muy difícil de contestar. Eligiendo solo 5 dejo fuera muchas que son excelentes jugadoras y tienen trayectorias espectaculares. A bote pronto, se me viene a la cabeza el siguiente quinteto: Laia Palau, Angel McCoughtry, Maya Moore, Breanna Stewart y Liz Cambage.
En China parece darle énfasis a la profesionalización del baloncesto femenino. ¿Qué crees que hace falta en España para que esto pase?
Sinceramente, creo que la Liga Femenina Endesa está dando pasos sólidos para que la profesionalización del primer nivel sea el que el baloncesto femenino español merece. Quedan pasos por dar en cuanto a la profesionalización de los cuerpos técnicos y en cuanto a la estructura de los clubes. La entrada de equipos ACB está ayudando.
De cara al futuro, ¿esperas continuar ligado a la selección China?
Mi intención es seguir ligado a la selección China, por lo menos hasta los juegos olímpicos de París 2024. Me siento respetado por la Federación China, creo que puedo aportar experiencia y conocimiento del baloncesto internacional. ¡Espero poder hacerlo porque para mí es un honor forma parte de este equipo!
¿Te marcas algún objetivo en concreto?
Como no puede ser de otra forma, el objetivo es estar presente en los Juegos Olímpicos de Parías 2024 e intentar conseguir una medalla en baloncesto femenino lo cual sería algo histórico. A otro nivel, me planteo disfrutar del camino que ello supone. Con el tiempo aprendes que el proceso merece más la pena que la consecución de un éxito.
¿Tienes algún sueño profesional por cumplir?
No soy muy de soñar cosas por cumplir. Voy aceptando los retos que la vida me pone por delante y que considero que me harán disfrutar de mi trabajo. Sin duda, mi intención es volver a España en un futuro cercano. Me gustaría poder estar más cerca de mi familia a la vez que me desarrollo a nivel profesional.
Por último, ¿qué consejo le darías a aquellos que quieran seguir tus pasos?
Tendría que enumerar una lista casi infinita de errores que he cometido para aconsejarles que no los vivan… Mi consejo sería que no tengan miedo a aceptar retos, porque sólo el coraje de afrontarlos ya te hace mejor entrenador. Ser humilde y estar dispuesto a aprender me parece también importante para mejorar.