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El clásico entre Real Madrid y Barça de esta jornada de Euroliga no ha sido un partido al uso, y los dos equipos han ofrecido un espectáculo diferente que ha acabado con mucha emoción y con una victoria por la mínima de los de Chus Mateo que se quedan temporalmente el liderato.
El arranque del partido fue un duelo entre Vesely y Tavares. Los gigantes de uno y otro equipo sacaban sus armas y anotaban para sus equipos. En un momento determinado la defensa del Barça ahogó el ataque del Real Madrid y puso el partido de cara para los de Grimau que dominaban el primer cuarto por 12-19.
Poco cambió el escenario en el segundo cuarto, al menos hasta el minuto 5. El Barça movía el balón en ataque y apretaba en defensa y logró una máxima de 14 puntos con un claro marcador de 16-30. Hasta ahí llegó el Barça, que se apagó por completo y vio como el Real Madrid le remontaba.
En todo lo que quedó de cuarto no anotó el Barça y el Real Madrid cerró el cuarto a solo dos puntos tras un triple de Deck sobre la bocina. Esos malos minutos dejaron el 30-32 en el marcador y la sensación que el equipo de Chus Mateo había cambiado la dirección del partido.
La charla de Grimau en el vestuario, muy diferente a la que hubiera sido con Jasikevicius casi seguro, no sirvió de mucho porque la intensidad en el tercer cuarto fue mayor que la culé y el Barça seguía sin anotar hasta que rompió la racha en el minuto tres de ese cuarto. La ventaja gracias al gran hacer de Deck y Poirier y el rebote ofensivo del Real Madrid, subió hasta los 10 puntos con solo 10 minutos por jugarse.
Los jugadores nuevos del Barça, tras el buen arranque de Willy Hernangómez, se apagaron y Grimau tuvo que tirar de los «más viejos» del lugar y darle galones a jugadores que ya saben lo que es muchos clásicos y le ha servido.
Con un gran Jokubaitis que ha tomado las riendas del equipo, han empezado a recortar distancias antes de llegar a los minutos más locos probablemente de esta Euroliga.
Campazzo ha tenido la opción de sentenciar desde el tiro libre pero no ha acertado. Tras una acción polémica, el «Instant Replay» ha dado el balón al Real Madrid tras un rebote que ha rozado en un dedo de Jokubaitis y parecía que se acababan las opciones del Barça.
De nuevo Campazzo no ha acertado con todos los dos tiros libres y Satorasnky ha logrado forzar una falta con tres tiros libres que le hubieran permitido empatar el partido. La revisión de los árbitros han dado los tres lanzamientos pero falló el primero y eso enterró casi por completo las opciones del Barça que vio como Hezonja anotó los dos tiros y colocaba un +4 insalvable. El triple final de Abrines solo servía para dejar el 65-64 definitivo, que quien sabe si ese punto decidirá el líder final en esta Euroliga.
