¿Qué pasó con Josh Smith?

El atlético adolescente Josh Smith (1985) destacó sobremanera jugando en el instituto. En su último año, lideró a Oak Hill a un récord de 38-0, con unos promedios de 22 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias, 3 robos y 6 tapones por partido. Fue nombrado mejor alero de la nación y uno de los tres mejores jugadores del año.

Su padre, Pete Smith, había sido jugador profesional, fue el primer atleta negro en la historia de la universidad de Valdosta State University. Lideró al equipo en puntos y estableció récords escolares de más tiros de campo intentados y mejor promedio de rebotes durante su única temporada. Aunque apareció en el draft NBA 1971, no llegó a participar en la competición, disputando cinco partidos en la ABA en 1972. Después trabajó de camionero en Atlanta, donde nació su hijo Josh.

J-Smoove (apodo de Josh) decidió no ir a la universidad de Indiana y pasar directamente a la NBA desde la escuela secundaria. Su físico era su apuesta y lo que le había hecho determinante en el instituto. Con una estatura de 206 cm y un potente salto y agilidad, le podría bastar para destacar en defensa y en atacar el aro con fuerza. Fue seleccionado por Atlanta Hawks en el puesto 17 del draft de 2004; se quedaba en su estado natal, Georgia.

Debutó un mes antes de cumplir los 19 años y en su decimosexto partido salió en el quinteto inicial. Desde entonces fue titular en todos los partidos que disputó hasta el final de temporada; en esas 59 titularidades seguidas promedió 31,3 minutos, 10,7 puntos, 6,9 rebotes, 1,9 asistencias y 2,2 tapones, incluyendo los 10 tapones (tope personal) que les puso a los Mavericks en su partido vigesimoprimero en la NBA. En cuanto al colectivo, fue una de las peores temporadas de la historia de una franquicia, con tan solo 13 victorias por 69 derrotas.

Comentar que desde el décimo partido de su segunda temporada hasta la décima temporada, disputó 604 partidos consecutivos como titular.

Durante sus primeros años fue mejorando y dejaba “posters” de sus mates y tapones estratosféricos, terminando la tercera temporada con una media de 2,9 tapones. El equipo también iba mejorando, hasta conseguir el pase a playoffs en 2008. Aquella temporada fue muy buena para él, logró su tope personal en puntos (38) y en rebotes (22), y su primer triple-doble (22 puntos, 12 rebotes, 10 asistencias, 3 robos, 5 tapones).

Junto a Al Horford y Joe Johnson formaron una base que hizo de la franquicia una habitual en postemporada en los siguientes años.

Hacía buenos números y daba espectáculo, pero sus porcentajes era bastante pobres. En sus primeras cinco temporadas no pasaba de un pésimo 67,9% en tiros libres, un 47,6% en tiros de dos y del 27% en triples.

En la temporada 2009-2010, por fin se reconoció su labor defensiva (1,6 robos y 2,1 tapones) y formó parte del 2º quinteto defensivo. Hizo su tope personal de robos, con 7, ante el mismo equipo contra el que logró el de tapones, Dallas Mavericks. Además, el equipo tuvo una gran temporada regular y acabó en la Semifinal de Conferencia, al igual que en 2011.

La temporada 2011-2012 puede que fuera su mejor temporada, ya que anotó (18,8) y reboteó (9,6) más que nunca. También repartió una media de 3,9 asistencias.

Ante la marcha de Joe Johnson, intentó acaparar más el juego ofensivo lanzando triples, pero no le salió bien. Lanzó 2,6 triples por partido con un acierto del 30,3% y en los lanzamientos desde la línea de personal estuvo nefasto (51,7%). Aún así, fue el máximo anotador del equipo con 17,5 puntos.

Después de 9 temporadas, fichó por Detroit Pistons, con los que prosiguió la misma dinámica de lanzar cada vez más triples, esta vez 3,4 intentos, tan solo consiguiendo el 26,4%. En tiros de dos bajó al 46,2%, pero lideró a su nuevo equipo en anotación, con 16,4 puntos. El equipo no llegó ni a las 30 victorias. Pasó por Houston Rockets y Los Angeles Clippers con porcentajes pésimos, bastantes pérdidas y bajando la aportación defensiva, y con solo 30 años, se marchó con un buen contrato a China. En el gigante asiático hizo números parecidos a los de su mejor momento e intentó regresar a la liga estadounidense. Obtuvo un pequeño contrato con New Orleans Pelicans, que le llevó a participar en tan solo tres encuentros en 2017. En 2019, comenzó a jugar en la liga BIG3, competición de 3vs3 de ex jugadores.

Dicen que su falta de consistencia en el juego y su empeño en lanzar triples, sin ser buen tirador, le llevaron a la pronta retirada, una vez iba mermando su potencia física. Sin duda, dejó jugadas que enloquecieron a los fans.

Estadísticas temporada regular: 894 partidos, 32,4 minutos, 14,5 puntos (63,2% T1, 48% T2, 28,5% T3), 7,4 rebotes, 3,1 asistencias, 1,2 robos, 1,9 tapones.