La globalización a escala mundial ha permitido que la esfera del básquet crezca y se nutra de forma continuada. El intercambio transoceánico bidireccional es una constante en aumento desde hace unos años. Es habitual ver cómo jugadores europeos se aventuran a viajar hacia la NBA, con el objetivo de cumplir su sueño e intentar establecerse en la liga de las estrellas. Así pues, también se ha convertido en algo normalizado el ver cómo jugadores norteamericanos -mayoritariamente- viajan a Europa para intentar buscar el sitio que la liga estadounidense no les termina de ofrecer.
En ese escenario, hemos querido echar un ojo a la NBA, para ver qué jugadores podrían dar ese salto a Europa elevando así sus prestaciones en el juego. La falta de minutos, la búsqueda del esquema ideal, la adrenalina de los nuevos retos, el idilio de una retirada exótica o la agradable sensación de volver a casa, son algunos de los motivos que podrían movilizar hacia Europa a los siguientes 5 jugadores. Evidentemente no conocemos el caso específico de cada uno en cuanto a intenciones inmediatas, pero permítase la licencia de imaginar a estos grandes jugadores de básquet sobre las canchas de la Euroliga, o bien, en ligas domésticas como la ACB.
Isaiah Thomas, Base (1989, Estados Unidos)
La historia del pequeño base (1’75 metros) de Tacoma da para una película. A sus 32 años ha sido capaz de superar a rivales e incluso a los contratiempos de la vida, con agilidad y con pasión por el básquet. Sus años en Boston (2015-17) le consagraron como estrella de la liga, aunque por un breve periodo, ya que en temporadas posteriores no terminó de recuperar esa versión aniquiladora (29 puntos, 6 asistencias, 3 rebotes y 1 robo por partido) en parte por culpa de los problemas de salud.
Su 2021 estuvo lleno de cambios y viajes con el fin de tener una chance en la NBA, pero sin duda destaca su paso por la G-League en diciembre, donde demostró que a un nivel algo inferior puede ser totalmente diferencial (debutó firmando 42 puntos y 8 asistencias). Visualizarle mostrando ese nivel en Europa nos hace la boca agua, por lo que ojalá y las circunstancias nos permitan tener de cerca esa magia que desprende su juego.
La única condición es encontrar un destino que le entregue las llaves del liderazgo del juego, que construya entorno a él y por supuesto, que las lesiones le respeten.
Goran Dragić, Base (1986, Eslovenia)
El talentoso base de 35 años cuenta con una impecable carrera NBA que se ha prolongado a lo largo de 14 años. Subcampeón de la NBA (2020), All-Star (2018), Tercer mejor quinteto de la temporada (2014) y MVP del Eurobasket 2017 donde se proclamó campeón con Eslovenia, son los grandes éxitos de un jugador que en Miami y Phoenix degustó la gloria, pero que el pasado verano topó con un panorama ajeno al codiciado.
Su indeseado traspaso a Toronto le dejó en el dique seco, y aunque ahora entrena y pelea por volver a Miami o incluso a Dallas (para jugar junto a su compatriota Luka Doncic), tal experiencia sería temporalmente breve. Si a ello se suma que en las últimas temporadas en Miami perdió la titularidad y a que encontrar un hueco importante en la NBA puede ser complicado a estas alturas de su carrera, el retorno al viejo continente podría garantizarle seguir siendo referencia en el baloncesto.
Como destinos podrían sonar varios, pero podemos señalar Baskonia (donde militó durante el lockout de la NBA en 2011) o el Cedevitta Olimpija de su ciudad natal (equipo por el que ha fichado recientemente su hermano Zoran).
Derrick Jones Jr., Alero (1997, Estados Unidos)
Pese a las buenas condiciones mostradas en su año universitario y su joven debut en la NBA (en 2016 con 19 años), Derrick Jones Jr., no ha terminado de encontrar su hueco en la liga. En estas últimas campañas, el alero de 1’98 metros ha ido ganando minutos y oportunidades que nos han brindado la opción de ver sus credenciales, sin embargo, no pasa de ser un jugador de rol con protagonismo intermitente.
Un horizonte europeo nos permitiría ver su mejor versión, acompañada tanto de carisma baloncestístico como de espectacularidad, ya que recordamos que fue el campeón de mates de la NBA en 2020 y en su carrera ha mostrado su potencia y facilidad para machacar el aro. Así mismo, su capacidad defensiva desde el puesto de 3-4 (en Europa podría tener el encaje como Ala-Pívot que en EEUU no termina de encontrar por cuestión de centímetros), le permitirían ser uno de los aleros más contundentes del viejo continente.
Además, si fuese capaz de mejorar su eficiencia en el tiro exterior, sería un arma de primer nivel para cualquier equipo Top 8 de Euroliga.
Tomáš Satoranský, Base-Escolta (1991, República Checa).
Lejos de ser fruto de la especulación, el retorno de Satoranský a Europa está sobre la mesa. El propio jugador ha abierto la puerta tras una interesante etapa NBA de 6 años, en la que se aprecia una curva ascendente-descendente de rendimiento casi perfecta.
De esos 6 años, los 4 intermedios son los que le brindaron mayores oportunidades, en concreto, los dos años centrales (2018-19 Washington y 2019-20 Chicago), llegando a ser titular en más del 80% de los encuentros y firmando 9.9 puntos, 5.4 asistencias y 3.9 rebotes y 1.2 robos por partido en su mejor temporada. Su pobre presente campaña en Nueva Orleans le ha hecho sentir la nostalgia europea, por lo que a seguro veremos su regreso en pocos meses.
Los aficionados del Barça sueñan con el regreso de un jugador hábil, versátil y entregado que le daría un gran plus a la plantilla. Queda por ver si hay otras propuestas en Euroliga que le seduzcan. A todo seguro, será pieza clave allá donde vaya.
Kyle Guy, Escolta (1997, Estados Unidos).
El nombre menos conocido de este artículo es el de Kyle Guy, pero a visión de futuro podría ser un movimiento estratégico brutal para cualquier equipo europeo. La gran virtud de este escolta de 1’88 metros es el tiro exterior (42’5% de acierto en sus 3 años universitarios), lo cual le convierte en un jugador de rol muy determinado, trascendental en el baloncesto que se juega en la actualidad y con gran capacidad de trabajo.
Sus apariciones en NBA habían sido casi esporádicas hasta la fecha (3 partidos en 2019-20 y 31 en 2020-21), pero su reciente contrato temporal con Miami Heat le ha puesto en el punto de mira: 5 partidos en los que ha promediado 10 puntos con un porcentaje de triples del 51’4%. En el caso de que no explote en EEUU, su salto a Europa podría ser sensacional a toda escala.
Hace unos meses su nombre comenzó a estar sobre la mesa del Real Madrid dadas las similitudes físicas y de juego (salvando las distancias) con Jaycee Carroll. Groso modo, es la mejor comparativa que se puede hacer, por lo que juzguen ustedes mismos lo que puede llegar a ser en Europa: clave anotadora para cualquier equipo.
Bonus:
La ÑBA cuenta aún con representación española en la mejor liga del mundo. Lejos de aquella histórica campaña 2016-17 en la que hasta 10 jugadores nos representaron, el básquet nacional disfruta de ver a 6 de los nuestros sobre las canchas de EEUU. Sin embargo, el protagonismo para algunos de ellos no es el esperado, de ahí que podamos visualizar un retorno a nuestras ligas en un futuro no muy lejano. Aparentemente, la situación de los hermanos HERNÁN-GOMEZ sería la que invite a pensar en un retorno próximo.
JUANCHO (26 años) ha demostrado con creces que a nivel FIBA sería uno de los mejores 3-4 en el panorama europeo. En Boston no termina de tener las oportunidades que a priori se esperaban previo inicio de la temporada. Por supuesto, encaje y novias en Europa no faltarían, por lo que podría ser un movimiento factible. Por su parte,
WILLY (27 años) continúa en esa montaña rusa que se ha convertido su carrera NBA en las últimas temporadas. El madrileño podría ser un 5 dominante en cualquier país europeo, pero sus aspiraciones de encontrar un hueco sólido en la rotación de una franquicia NBA y quizás, unas mayores aspiraciones económicas, le hacen mantener su foco aún en EEUU.
Amén del caso de Ricky Rubio, cuya lesión de larga duración habrá trastocado sus planes de futuro, y entendiendo que Garuba (19 años) y Aldama (21 años) seguirán peleando por su hueco en la NBA al menos a corto plazo, podemos finalizar este repaso con la figura de Serge Ibaka. A sus 32 años, el pívot nacido en la República del Congo podría valorar la opción de ser una de las mayores estrellas del baloncesto fuera de la NBA.
Con un anillo en sus manos, un récord de máximo taponador en dos temporadas y la única espina de no haber sido All-Star (pese a estar cerca de conseguirlo en su etapa en Toronto), al pívot de 2’08 podría venirle de lujo dar el paso de convertirse en referente y marcar las diferencias con notoriedad en Europa. ¿Viabilidad? Difícil de determinar, ya que su objetivo claro es alzarse con un segundo anillo: sólo el tiempo nos dará la respuesta…