Hay días en los que piensas que tienes que trabajar, esforzarte al máximo aún a pesar de que las dificultades con las que te vayas a encontrar sean tan enormes que probablemente tú labor sea insuficiente para lograr el éxito. Esta noche en Salamanca era uno de esos días, en los corrillos se hablaba de lo difícil de la empresa y más ante un «coloso» como el Cukurova; las múltiples bajas y el estado de forma de algunas jugadoras preveían un encuentro duro y complicado de superar.
Avenida se plantó en Würzburg sin complejos, arropado por una masa social que, tras las llamadas hechas por el club, organizó un pequeño infierno (deportivo) para recibir al tristemente famoso Cukurova que llegaba a Salamanca con el cuchillo entre los dientes (literalmente fue así) y aprovecharse de un conjunto español cuyas bajas (Fasoula y Prince) lo dejaban muy mermado para la competición continental.
Y es que por mucho que quieran menospreciarnos, por mucho que deseen que este club no siga estando arriba, ello va a provocar que la sangre que corre por las venas de toda esta familia, las impulse con más fuerza y saque toda la artillería que, no lo duden, tiene este equipo, cuya alma reside principalmente en la Capi la cuál nos ha dejado el mensaje muy claro: Vamos a por todas, y desde luego que fueron.
El partido comenzó con poco acierto por ambas escuadras, no se anotaba por falta de puntería y también por el poderío físico imponente de las turcas que hacían muy difícil permitir tiros a las pivots azulonas (hoy de blanco), aún así con una magistral dirección por parte de Silvia, la persistencia de Koné y una gladiadora como es Gil, hacían vibrar a un pabellón que se frotaba los ojos ante un equipo que una vez más se sobreponía a todas las dificultades.
Con un 6-0 de parcial, las turcas pararon el partido, se pusieron a apretar aún más, repartiendo tortas, codazos y todo lo que se les permitía, porque en Euroleague suele pasar y más cuando un equipo poderoso económicamente está en la cancha. Se igualó el choque, pero las salmantinas siguieron con una intensidad excelsa, un ritmo que dificilmente se podría mantener a lo largo de la noche, por ello se vislumbraba que las rotaciones hoy iban a ser imprescindibles, había que tirar de peones y todas iban a ser necesarias para intentar la hazaña de derrotar a un rival duro y marrullero. Pepe movió a sus jugadoras, intentando repartir minutos si bien no tuvo más remedio que «castigar» a alguna jugadora manteniéndola en pista más de lo habitual, caso de Laura Gil con 32 minutos, pero todas imponiendo un ritmo tremendo contagiando a la grada y culminando el primer cuarto con un 14-8 ilusionante para una afición entusiasmada.
Era posible, aquí pasan cosas que no suceden en otros sitios y eso lo saben muchos que han visitado este lugar mágico para el baloncesto femenino, ese virus se trasladó de la cancha a la grada y a la inversa, pudiendo ver a la mejor Hartley que hayamos visto hasta ahora, sí es cierto que no tuvo demasiado acierto anotador pero su intensidad y motivación fue toda una declaración de intenciones, su triple fue un alivio para ella y una explosión de júbilo en Würzburg, todo tiene su final y su principio, esperemos que tenga una continuidad.
En el segundo cuarto Avenida cada vez se sentía más seguro de sus posibilidades, con mucho esfuerzo y trabajo defensivo, destacar a Delaere, magnífico su marcaje sobre Iagupova y es que la belga ya sonríe y disfruta sobre la pista; aunque los triples no entraban y eso penalizaba mucho porque cualquier ventaja lograda podría ser vital de cara a un final de partido en donde las turcas serían más fuertes dado su roster más largo, pero ni con Cornelius, Epoupa, Hollingswort,… les llegaba para doblegar a un rival tan competitivo como Avenida.
Cukurova con su maleducado técnico Osman Olcay, comenzó a desplegar su espectáculo de reclamaciones, gesticulaciones y desprecios, le supuso su primera técnica que aprovechaba el conjunto local y las mantenía con una ventaja importante, pero la calidad de jugadoras como Williams, Iagupova y Mabrey ajustó el marcador al descanso 30-24, una señal que indicaba que en Euroleague no puedes regalar nada, te exige máxima concentración y esfuerzo, algo que muchos temíamos que iba a ser determinante en la segunda mitad.
La batalla se presumía más dura aún, con las turcas desplegando todo su arsenal de codos, golpes y faltas sin ser castigadas por unos colegiados algo torpes y blandos (últimamente es la tónica habitual), pero las guerreras de Würzburg querían demostrar a su afición que iban a darlo todo, y también dedicarle el esfuerzo titánico a su compañera Prince que presenciaba (lesionada) la evolución de sus compañeras. En esos momentos ya estaba Koné (19 ptos.) pegándose con Williams, Kiss y cualquier torre que se le pusiese por delante, aportando puntos y provocando faltas para impulsar aún más a un Avenida pletórico y con todas sus jugadoras enchufadas definitivamente al ADN, hasta que su lesión de tobillo la llevó al banquillo, con un pabellón enmudecido viendo a su jugadora cojeando.
Con la dureza por bandera, Cukurova insistió en martillear a las charras, las cuales tenían que jugar por momentos con cuatro «bajitas», eso no fue impedimento para seguir defendiendo y desesperando al banquillo turco que no encontraba solución para acabar con esta pesadilla, aún pudo entrar Koné apenas un par de minutos para anotar un 2+1 pero con una cojera que era imposible de asumir en un partido tan exigente, por ella y por el equipo; tras un triple de Delaere las salmantinas terminaban el tercer cuarto con un marcador todavía positivo para los intereses de las perfumeras 46-34, con mucho por jugar todavía.
Los últimos 10 minutos iban a ser aún más tensos, tanto por el ritmo del partido como por las circunstancias ajenas al juego. La intensidad no bajó un ápice en las azulonas, siguieron atacando y defendiendo como si les fuera la vida en ello, manteniendo una ventaja que las permitía creer en lo que estaban haciendo y por otra parte desesperar a un conjunto turco cada vez más preocupado en protestar al trío arbitral. En esto llegó una de las mayores alegrías de la noche, Lucía Rodríguez ya había tenido minutos durante el partido, la necesidad era una obviedad y ella forma parte de esta gran familia, la Marea Azul siempre se caracterizó por arropar a aquellas chicas que carecen de más minutos para poder demostrar lo que valen, hoy Lucía tuvo por fin su jugada, su contraataque culminado con un 2+1 que hizo explotar a una grada agradecida por la complicidad y compromiso de todo un grupo.
El festival seguía con las visitantes castigando a la defensa perfumera con faltas, ante la impotencia de superar técnicamente a un equipo mejor posicionado y muy motivado, a pesar del cansancio de muchas jugadoras y pese a las multiples provocaciones, la mano maestra de Silvia Domínguez dirigió la parte final del partido con una experiencia que muy bien podría mostrarse a todos aquellos que piensan que estaba acabada… tengan un respeto por una leyenda viva, no sean ineptos ni hagan más el ridículo, asuman que es una estrella y disfruten del baloncesto que nos regala: es la mejor, se dice y punto.
La traca final la quería dar el entrenador turco, maleducado, faltón, irresponsable y provocador, todo en uno, su impotencia le llevó a enfrentarse con los árbitros y acabó expulsado con una segunda técnica levantando los brazos provocando a todo el pabellón, en una actitud propia de matones y mafiosos; estos comportamientos son habituales con este equipo, en los últimos enfrentamientos mantenidos con equipos españoles, de lo peor que hay en la competición europea porque ni saben ganar, ni saben perder, como anécdota destacar que destrozaron la puerta de los vestuarios, algo mas propio de macarras que de deportistas.
Con todos los ingredientes echados, Avenida ya tenía más cerca una victoria conseguida de forma épica, con jugadoras vaciándose en la pista, sobreponiéndose a una situación crítica sin apenas posibilidad de recuperación, dando una lección de baloncesto, garra y compromiso, eso que solo pasa en un lugar como Würzburg, donde aún se sigue sorprendiendo la gente al ver como un equipo mermado, inferior y con todos los problemas físicos que puedan darse, tiran de casta, de profesionalidad y superación, el dinero no lo es todo y para muestra, miren el partido de nuevo.
Felicidades a toda la familia perfumera, a las jugadoras por un triunfo épico personificado (permítanme que lo diga) en su capitana Silvia Domínguez; al técnico porque también merece disfrutar de los éxitos, tiene culpa de que todo lo bueno sea por su trabajo, enhorabuena Pepe Vázquez; a su staff que se les ve más unidos que nunca, ya se sabe: cuanto peor, mejor…; al presi, que aunque no tengamos una comunicación más fluida, el sabe que vamos todos en la misma dirección, Jorge creo que te mereces una noche tan bonita como esta, que ello suponga un subidón y máyor confianza en el proyecto, además esperamos poder anunciar cuanto antes la noticia más esperada por parte de la afición, la confirmación de esos dos fichajes que se comentan. A la Marea Azul, poco más se le puede decir, aficionados como la madre de Lucía, (Nuria Arribas) me decían a la conclusión del choque: vivir esto en Würzburg es impresionante, pues eso que las noches europeas, siguen dando lecciones de baloncesto, de afición y espectáculo.
El próximo sábado Avenida se desplaza hasta Gernika, otro duro enfrentamiento y ya veremos las evoluciones de las lesionadas, sobre todo la de Koné, aún así tengan por seguro que este equipo va a competir y a darlo todo hasta el final, forma parte de la filosofía del club y quienes forman parte de este club lo saben.
Javier Martín.
📸 Reportaje gráfico Óscar Haro.
Twitter @garydeharo
Euroleague Women. Gameday 8
PERFUMERÍAS AVENIDA 67 (14+16+16+21): Silvia Domínguez (7), Andrea Vilaró (5), Antonia Delaere (7), Laura Gil (13), Sika Koné (19) -cinco inicial-, Olcay Cakir (1), Bria Hartley (3), Leonor Rodriguez (9), Lucia Rodriguez (3).
CUKUROVA MERSIN 56 (8+16+10+22): Laura Cornelius (2), Alina Iagupova (12), Virag Kiss (0), Marina Mabrey (2), Elizabeth Williams (15) -cinco inicial-, Sinem Atas (0), Olivia Epoupa (2), Melis Gulcan (0), Quanitra Hollingsworth (0), Asena Yalcin (13), Derin Yaya (0).
ÁRBITROS: Nemanja Ninkovic (Serbia), Andrea Bongiorni (Italia), Ventsislav Velikov (Bulgaria).