Día de especial motivación en Würzburg, Avenida volvía a casa, ante los suyos, después de su victoria europea en Bélgica, con un ambiente que rezumaba cariño y apoyo por los cuatro costados.
Que el Barco de Avenida es grande, eso no lo duda nadie, quizás ante una situación tan desfavorable como la que se da este año, podía suscitar dudas o deserciones.
Nada más lejos de la realidad, una vez más se ha demostrado porqué este club es grande, su masa social lleva años arropándolas, mucho antes de que ganase títulos, esa es la explicación del «efecto Avenida».
Hoy Jornada 19 frente a IDK, las mismas que derrotaron a las azulonas en la primera vuelta, prometían un partido duro y trabajado,
María España, Cuic y Coulibaly amenazaban con «aguar» la fiesta a la parroquia local, desplegando buen baloncesto, fuertes atrás y con gran acierto de cara al aro.
Las salmantinas presentaban hoy la baja de Fasoula, probablemente aquejada de un proceso gripal, pero que dejaba al cuadro de Pepe Vázquez con solo una 5 pura (Reisingerova).
Otro reto más con el que se encontraba este equipo, los problemas añadidos son una constante y ello las hace más fuertes a medida que las adversidades se acumulan.
Comenzó enchufado el cuadro azulón, con calma, tranquilidad y mucho oficio, se notó desde el inicio, con una Carleton enchufadísima y Maite Cazorla desbordando esfuerzos.
Primeras ventajas para las locales a quienes se las veía con una actitud diferente a la de ocasiones precedentes, había cabeza y se jugaba a buen baloncesto.
Muchas rotaciones, ya lo avisó PV, eso podría ocasionar un doble efecto: tener frescas a tus jugadoras, pero por otra parte podía suponer no cerrar el partido, y dar opciones al rival de meterse en la lucha.
Y en el primer cuarto sucedió esa desconexión a la que nos tiene acostumbrados Avenida este año, un parcial de 0-9 ponía las tablas al finalizar el mismo 21-21.
Vuelta a empezar y al tajo, les debió de leer la cartilla el técnico gallego de Avenida, con lo que comenzó un recital de juego y buen baloncesto, como hacía semanas no veíamos.
Fue el día de Gulbe, la letona cuajó su mejor partido, cuando el equipo más lo necesitaba, gran defensa sobre Coulibaly y acertadísima en ataque (18 P. / 8 R.).
También Leo aportó su «magia», volvió a dar esa frescura que tanto agradecen sus compañeras, el estado de ánimo era muy distinto.
Carleton en plan apisonadora, el segundo cuarto fue el de la confirmación, un Avenida muy seguro y agresivo en defensa, conseguía desbaratar una y otra vez el plan de las de Azu Muguruza.
Con un ambientazo en las gradas, llevando en volandas al equipo durante todo el partido, las chicas se destaparon con un gran cuarto poniendo la ventaja en +11 al término del segundo 45-34.
Tras el descanso, más intensidad, los fantasmas del pasado no volvieron a aparecer, todas jugando, todas poniendo su granito de arena, incluso Nogic tuvo más minutos y enchufó un triple.
Se pasó de ser un conjunto de «uno» a ser un grupo unido y con coherencia, el cambio se había producido y mucha culpa la tiene Pepe Vázquez.
Con la fuerza de la Marea Azul empujando, las vascas apenas veían opciones de acercarse en el marcador, más bien la diferencia iba aumentando conforme avanzaba el partido.
Gulbe en estado de gracia, acompañada por la todoterreno Carleton, daba como resultado un despliegue de juego que encandilaba a la afición salmantina, se iban al último cuarto con un marcador aparentemente tranquilo 61-49.
Quedaba rematar la faena, Silvia Domínguez levantó a la grada con sus «imposibles» asistencias, confirmando que Avenida había vuelto.
Más tranquilidad se tradujo en más acierto, añadido a una atmósfera en donde las dificultades se superan con más apoyo, es difícil ver a una masa social más comprometida como la de Avenida.
La parte final del encuentro fue propicia para más rotaciones, Nogic, Vilaró, Leo entre otras, mantuvieron una ventaja que por momentos superó los +20, pero el trabajo ya estaba hecho, 78-60 al concluir el último cuarto.
Gran triunfo con la mejor afición posible, no se entiende un grupo sin estar arropado por esa familia que está cuando más se necesita, en los momentos duros, el resultado es este: crecer desde la humildad.
El próximo compromiso de las salmantinas es el miércoles, también en Würzburg, Euroleague y nada más y nada menos que con el actual campeón de Europa, Sopron, pero eso ya lo contaremos.
Javier Martín.