En la historia reciente no se recuerdan 4 derrotas consecutivas en el club, no es simplemente una racha, son las consecuencias de algo evidente que se veía venir. Participar en dos competiciones tan exigentes como Euroliga y Liga te obligan a disponer de 12 efectivos en la plantilla para estar en condiciones mínimas de disputar partidos, no es una norma pero la lógica te transmite que debe ser así.
Se presentaba la Virtus en Würzburg con necesidades para tener opciones en esta fase de la competición continental, y al igual que las salmantinas la victoria supondría un paso importante para colocarse en una buena posición de cara a la parte final en la fase de grupos y después la suerte de los cuartos de final puede deparar sorpresas que cambien el rumbo de un equipo.
El comienzo de partido fue muy acertado en ambas escuadras, un punto por encima Avenida que se encontraba cómodo y anotando con cierta facilidad ante un equipo italiano que se mostraba (en esos primeros instantes) blandito y sin intensidad defensiva, parecía como si le costase entrar en la disputa, esperando ver como evolucionaba el rival en un pabellón ilusionado por ver de nuevo a sus chicas en una noche europea.
A pesar de ello no hubo en ningún momento grandes diferencias en el marcador, muy apretado y las sensaciones eran que las salmantinas sacarían el partido adelante, Silvia, Gil, Koné, Delaere y Vilaró mantenían el tipo con solvencia ante una Virtus que ofrecía la calidad de Zandalasini, muy centrada y Lauren Cox la ex de Valencia que mantuvo un gran nivel defensivo.
Con este panorama, destacar por enésima vez a una Laura Gil impresionante, dando todo lo que tiene demostrando su compromiso, lástima que no se vea recompensado con un premio mayor, bien acompañada por Silvia aunque la carga de minutos que lleva la capitana hacían imprescindible darle minutos de descanso.
Bien Delaere, la belga a pesar de lo que muchos digan hace un trabajo oscuro y defensivo fantástico, no es la misma que empezó la temporada y es verdad que el margen de mejora que tiene, aún puede aportar mucho más al equipo. A la conclusión del primer cuarto 17-13 y a partir de entonces la película iba a ser distinta.
Las rotaciones realizadas por parte del entrenador gallego de Avenida formaban parte del guión, no podía ser de otra manera, descanso para Koné, Silvia, Vilaró, … entran por su parte Leo, Horvat, Çakir, Hartley… unas con mayor fortuna, otras sin nada que ofrecer caso de la franco-americana cuyo partido de ayer fue su despedida del club.
Çakir tuvo un día especialmente aciago, no le salía nada, bandejas fáciles falladas, pases imposibles que nunca encontraban a su compañera, algo inusual en una jugadora de su calidad, por momentos hundida psicológicamente, aún así el apoyo de sus compañeras y de la grada se mantuvo del lado de la jugadora turca.
Ya en el segundo cuarto el partido entró en una dinámica de errores y situaciones de descontrol que fue aprovechado por el conjunto italiano, poco a poco fue despertando y viendo como su rival iba perdiendo fuelle, si bien la igualdad en el marcador se mantenía, pero las dificultades a la hora de atacar fueron in crescendo, los problemas empezaron a ser una pesadilla.
Pepe Vázquez, lo intentó todo, buscando descansos a las jugadoras más castigadas, pero suplir a algunas implica perder capacidad defensiva/ofensiva con otras, y esa es la clave para mantenerse en una competición tan exigente como es la Euroleague, debes tener 12 jugadoras para utilizarlas a todas. Avenida lleva semanas soportando una carga que ya no es posible mantener, con la escasa gasolina que tiene en su depósito no le llega y como profesionales tienen sus limitaciones, ese momento ha llegado a su punto más álgido.
El partido llegó al descanso con una canasta in extremis de Zandalasini, cuando el electrónico ya marcaba la conclusión, balón en el aire y triple de la jugadora italiana para impulsar a las suyas y mantener la incertidumbre en la grada 26-28, camino a los vestuarios intentando recuperar fuerzas para afrontar una segunda parte con el objetivo de superar el bache anímico en el que parece encontrarse el grupo.
Buen inicio del tercer acto, Gil seguía omnipresente, y Vilaró es pura alma, brutal, incansable, con una fuerza que destila por todos los poros de su cuerpo, dos triples consecutivos para ponerse por delante y la grada volcada con tal derroche, al igual que la lucha contra ella misma que mantuvo Çakir, su empeño en seguir trabajando para borrar su mala actuación del día tuvo su momento clave cuando culminó una entrada en canasta consiguiendo un 2+1, ovación del público de Würzburg que sabe valorar el esfuerzo aunque los resultados sean negativos, ver su cara tras esa acción mostraba a una jugadora luchadora y profesional a pesar de sus malas sensaciones.
Las fuerzas flaqueaban pero la garra y capacidad de superación de estas guerreras les permitían seguir comandando el partido 43-37 tras una canasta nuevamente de Zandalasini que ya se hizo Dueña y Señora del encuentro cargando a sus espaldas todas las acciones decisivas para espolear a las suyas haciéndolas creer que se podía ganar, en el horizonte quedaban 10 minutos y la batalla se preveía dura.
También jugaron las árbitras, con demasiado protagonismo, tanto que los criterios fueron desiguales y a veces absurdos, sin acudir al Play-Review, con una prepotencia excesiva y en determinados momentos desafiantes ante cualquier crítica, no fueron decisivas a la hora del resultado final, si bien algunas decisiones permitieron que el partido perdiera ritmo y las italianas se acercasen a las salmantinas, bastante deficiente su actuación, algo a lo que estamos bastante acostumbrados últimamente.
Los errores en exceso se pagan y Avenida cometió demasiados, muchas pérdidas de balón, cansancio, agotamiento, ansiedad,… y la Virtus supo aprovecharse de todos esos ingredientes, sin ser un equipo superior pudo ser más certero, templar los nervios y llevarse una victoria gestada por su rival concediéndole demasiadas oportunidades. El resultado a la conclusión 58-62, las posibilidades en Euroleague aunque no definitivas complican demasiado el futuro de las azulonas, quien sabe si ello sería lo más adecuado en una temporada que apunta a ser un nuevo calvario.
En la historia reciente de este club, 4 derrotas consecutivas es algo inusual, debe hacer pensar a quién corresponda que a veces hay que plantearse los objetivos en función de las componentes con las que quieras afrontar la temporada. Correr riesgos forma parte del juego, puede salir bien o mal, las lesiones es una circunstancia que siempre está ahí, sin embargo en medio de muchas conversaciones mantenidas con aficionados, opinan que varios elementos este año no están ofreciendo un nivel adecuado para un Avenida que como club lucha por todo, a buen entendedor…
La Liga no para y el viernes las charras tienen otro reto frente al Celta equipo mítico de Liga Femenina y en otros tiempos auténtico coloso y bestia negra de las salmantinas, será difícil y más aún con esta tendencia negativa y por momentos caótica en la que se ha metido Avenida y cuya única salida es volver a la senda de la victoria.
Javier Martín.
📸 Reportaje Óscar Haro Twitter @garydeharo
PERFUMERÍAS AVENIDA 58 (17+13+17+15): Antonia Delaere (6), Silvia Domínguez (6), Laura Gil (12), Sika Koné (14), Andrea Vilaró (9) -cinco inicial-, Bria Hartley (0), Olcay Çakir (3), Leo Rodríguez (6), Chantel Horvat (2).
VIRTUS SEGAFREDO BOLOGNA 62 (13+15+9+25): Olbis Andre (4), Chiara Consolini (2), Lauren Cox (11), Francesca Pasa (11), Cecilia Zandalasini (17) -cinco inicial-, Haley Peters (8), Iliana Rupert (9), Beatrice Del Pero (0), Alessandra Orsil (0).
ÁRBITROS: Özlem Yalman (Turquía), Alexandra-Ioana Stan (Rumanía), Marion Ortis (Francia).