En la vida no se puede ser perfecto, la gestión de un grupo implica una dificultad mayor porque cada pieza actúa de una manera diferente e impredecible, más aún cuando el factor mental entra en escena y acapara la forma de actuar de las personas, influye a veces de manera negativa en sus decisiones, en sus acciones, también en un espectáculo tan hermoso como es el baloncesto femenino.
Partidazo disputado en la noche de hoy en Salamanca, frente a frente los dos equipos que disputaron la última final de liga, precisamente hace unos meses en ese mismo pabellón, y que supuso el primer título liguero para las taronjas, se medían en un duelo muy importante para reducir o aumentar las diferencias en la clasificación de la Liga regular.
Avenida se presentaba con bajas, la ya conocia de Fasoula y también la de Cakir a última hora, lo cuál dejaba al conjunto salmantino aún más debilitado y con la dura tarea de competir ante (a priori) el equipo más poderoso de la Liga que también sufría la baja de Raquel Carrera pero con una plantilla que puede ganar a cualquier equipo que se le ponga enfrente.
Empezó el choque y los fantasmas del pasado reciente aparecieron sobre Wúrzburg pues en los primeros compases las valencianas ya imponían un ritmo serio con un poderío físico importante, 0-5 y Fingall haciendo mucho daño en la zona sin soluciones defensivas por parte de las charras, hasta que apareció ella: Vilaró Fly Better, dos triples para avisar de que esto podría ser el aperitivo de un banquete muy apetitoso.
Fue el primer golpe que hizo levantar a un pabellón prácticamente lleno que recordaba a las grandes citas de Euroliga y finales de liga, buen y sano ambiente que respiraba deportividad por los cuatro costados animado por unas jugadoras que se sentían en deuda con una afición que siempre las va a apoyar sean cuales sean las circunstancias que se den; esos ingredientes solo pueden dar como resultado un buen postre.
A pesar del gran acierto de las azulonas, el planteamiento en ataque y mejor concentración, Valencia no vino a pasar el rato, Queralt Casas, Leti Romero o Fingall, apretaban con mucho físico manteniendo una igualdad en el marcador que se prolongaría hasta el final del cuarto en donde una jugada con apenas 3 décimas en juego supuso poner el 21-18 y a la grada saltando en lo que comenzaba a ser una fiesta en la ciudad universitaria.
A estas alturas ya destacaban Koné, Prince (brutal su duelo con Fingall) o Silvia Domínguez que sigue siendo una auténtica maravilla verla dirigir un equipo como Avenida, pese a que muchos sigan sin reconocerlo; esta Señora merece un respeto, sobre todo de esas personas recién llegadas a este escaparate que es el baloncesto femenino, son muchos años de títulos y éxitos a sus espaldas y probablemente para ellos el baloncesto no existía en esos tiempos.
La intensidad del encuentro iba in crescendo, Valencia aguantando los embites del equipo local con la sensación de tener gasolina suficiente para dar el golpe final a su rival de quien se esperaba el bajón habitual, esa era la sensación en la grada, pese a los esfuerzos de las perfumeras que no terminaban de imponer un ritmo que les diese una ventaja con la cuál tener un respiro.
El problema añadido de las bajas, dejaban pocas alternativas para elegir, Koné con mucho desgaste frente a Fingall, Hempe o Gulich necesitaba algún descanso, Gil y Prince se complementaron a la perfección, tanto la murciana como la americana se pegaron con las torres taronjas, sin duda motivadas y mentalizadas para darlo todo en este partido que implicaba algo más que una victoria.
Laura Gil es la jugadora perfecta para poner frente a una rival mucho más física que ella, siempre se crece y supera a su contrincante con una garra y un… ADN propio del conjunto azulón, magnífica en su defensa, robos de balón e intensidad, sin duda una gran actuación de la internacional española frente a su ex-equipo.
Con el segundo cuarto terminando y una actuación arbitral bastante discutida, una falta muy dura de Fingall sobre Silvia, se agotaba practicamente el tiempo dejando un 36-34 incierto y con todo abierto de cara a una parte final en donde las fuerzas y la mente iban a ser fundamentales para llevarse la victoria.
La reanudación fue un golpe en la mesa por parte de las de Rubén Burgos, la necesidad de imponerse en Salamanca y colocarse como co-lider les daban alas frente a un Avenida que acusaba la buena defensa de Valencia, los errores comenzaron a surgir, volvió la tortura de los tiros libres fallados, eso facilitó que las valencianas se pusieran por delante aunque sin demasiado acierto, algo descentradas a medida que pasaba el tiempo, hasta que regresó la conexión Silvia–Koné y todo comenzó a fluir de otra manera.
El partidazo de Koné (23 ptos.) fue de los de enmarcar, cada día que pasa se hace más importante, se siente más importante, quizás se les olvidó que ella era la auténtica MVP de la pasada temporada, no para los que «regalan» los premios, pero sí para los que «entienden» de baloncesto los expertos en esta materia, entre los que yo no me encuentro, pero de quienes conviene aprender.
Como es habitual el nivel del arbitraje no quería que esto se decidiera tan pronto, el tercer cuarto concluyó con una clarísima falta a Leo Rodríguez no castigada por parte de los jueces, probablemente antideportiva, y les permitió mantener la emoción hasta un final, todavía por escribir si bien con un punto de intensidad superior para las locales que se veían capaces de derrotar a todo un Valencia aspirante a todo.
Quedaban 10 minutos y los nervios, la ansiedad transitaban en uno y otro bando, se puso el partido en un puño 52-50, malas decisiones y peores sensaciones de algunas jugadoras que bien por su situación, nerviosismo o falta de adaptación llevaban a pedir tiempo muerto a Pepe Vázquez con la intención de templar y ordenar ideas.
Se consiguió gestionar el grupo, Laura Gil poderosa y rabiosa, Koné imparable, Vilaró vaciándose, Prince brutal, Silvia de jefa absoluta, Delaere haciendo probablemente su mejor partido con Avenida, Leo luchando y trabajando aunque no sea todo meter triples, Hartley… quizás la parte más negativa de toda la noche.
Y Avenida se llevó un importante triunfo para mantenerse invictas, aventajan a Valencia en dos victorias y con una sensación preocupante por la imagen final que mostraron, salvo Fingall poco a destacar en un partido donde se esparaba algo más de un proyecto tan poderoso, el resultado final 71-56 refleja el compromiso de las azulonas y su entrega durante todo el encuentro.
Fiesta charra en Wúrzburg para deleite de la Marea Azul que hoy si disfrutó a lo grande derrotando a otro de los favoritos al título, devolviendo la ilusión perdida hace unas semanas y es que en Avenida suceden estas cosas, pasas de ser un equipo vulgar a consolidarte como líder invicto en la competición liguera.
El mérito del conjunto salmantino se ve acrecentado en la lucha desigual frente a proyectos más grandes, confirmándose como el único club de los «grandes» que se mantiene al margen de los aditivos ACB, enteramente femenino, enhorabuena.
Javier Martín
📸 Reportaje Óscar Haro. Twitter @garydeharo
Jornada 7 Liga Femenina
PERFUMERÍAS AVENIDA 71 (21+15+16+19): Silvia Domínguez (8), Andrea Vilaró (12), Antonia Delaere (10), Alexis Prince (8), Sika Koné (23) -cinco inicial-, Leo Rodríguez (0), Bria Hartley (4), Laura Gil (6).
VALENCIA BASKET 56 (18+16+11+11): M. Hempe (10), N. Fingall (13), R. Allen (5), Q. Casas (7), Leticia Romero (2) -cinco inicial-, C. Ouviña (6), E. Buenavida (2), A. Torrens (3), A. Fam (3), M. Gulich (3), C. Contell (2).
ÁRBITROS: Enrique Miguel López Herrada, Cristian Martín Vázquez y Jorge Caamaño Muñoz.