Mate Al Aro

Würzburg Inside. Avenida no tiene cabeza. J17 LF

No quería llegar a este punto de crítica, la labor de un profesional no es nada fácil pues se encuentra llena de dificultades y lo que es peor, depende de los resultados que son los que le cualifican, eso no siempre es justo pero por desgracia pueden marcar su destino.

El formar parte de un club como Avenida implica muchas cosas, la presión que conlleva tener a una masa social muy implicada y cerca del equipo, es algo para la que no todo el mundo está preparado y sobreponerse a ello puede ser una prueba muy dura para un profesional.

Pepe Vázquez llegó mediada la temporada pasada al club tras abandonarlo (en muy malas condiciones) R.Íñiguez. La situación era delicada, pero las jugadoras superaron el bache, y él se encontró con un grupo hecho, llegó a dos finales y perdió ambas, el balance se entendió en el club como positivo.

En la presente campaña se vendió la configuración de un equipo de guerreras, renovaciones de piezas claves en la plantilla y el fichaje de jugadoras con un espíritu guerrero muy de la onda del conjunto salmantino. Fiel al famoso ADN Avenida, ningún nombre de relumbrón ya que las nuevas normas de la WNBA impiden traer a estrellas, debido en parte porque nuestra liga acaba más tarde que otras.

Reinventarse o morir, con el presidente al frente de la parcela deportiva, se configuró una plantilla aparentemente competitiva, Prince, Silvia, Vilaró, Leo, Fasoula, Sika Koné, Gil, Hartley, Delaere, Lucía Rodríguez, Çakir eran las componentes que iban a configurar el proyecto con Pepe Vázquez al frente desde el principio.

Además al no disponer de ninguna jugadora WNBA (excepto Koné) desde la pretemporada el técnico pudo contar con todas las piezas para construir un equipo a su medida, todo facilidades, supuso una gran renovación pero también contar con tiempo suficiente para inculcar a sus jugadoras los sistemas y la identidad de este equipo.

Lo peor que le puede pasar a un equipo son las lesiones, una plaga que se extiende por todas partes y que lamentablemente ha afectado a muchos clubes. Avenida no fue una excepción y sufrió en Euroleague la gravísima lesión de Fasoula que trastocaba todos los planes y ponía en una situación comprometida a la entidad, sustituir a un pilar tan importante como es la jugadora griega no es fácil y la temporada apenas había comenzado.

Con Gil y Koné como únicos exponentes para defender la zona azulona y la no utilización de una joven jugadora como Lucía Rodríguez, supuso un desgaste que terminó por pasar factura, demasiados minutos y riesgo de más lesiones. Otro golpe fue la lesión de Prince, más problemas, pues su aportación era de lo más destacado hasta entonces, equipo liderando la Liga y en Euroleague defendiéndose bastante bien. Pero también la lesión de Silvia echó más barro encima y es que las consecuencias de una mala gestión son nefastas.

Añadan al cóctel el fiasco que supuso Hartley, un riesgo traer a una jugadora que llevaba más de un año sin jugar, sin ritmo, sin aportar nada positivo, lo que acabó por hartar a toda la grada por ser un obstáculo más que una ayuda durante los pocos minutos que disputó con la camiseta azulona; lo mejor fue la conclusión de su contrato.

Todo acabó por desmoronarse cuando se pierde con Bolonia, Zaragoza,… hasta cinco partidos perdidos consecutivamente, inédito en Avenida en su historia más reciente. Jugadoras agotadas física y mentalmente, aunque lo peor eran las escasas ideas desde la parte técnica que poco a poco terminan por dejar entrever las limitaciones que todo el mundo veía.

Con un análisis previo de lo que hasta ahora ha pasado, lo de hoy frente a un extraordinario Sedis Basket culmina una trayectoria que mucha gente auguraba excepto quien dirige el barco: se puede perder, no tener un buen día, pero el problema de Avenida está dentro y ya no es ningún secreto.

Al volver de las Navidades se vio una escena bastante esperpéntica entre jugadoras y el técnico gallego recriminando a algunas que «quizás no le gustaría a alguna volver a verle…». La tensión debido a los malos resultados, la mala tendencia y el excesivo cansancio motivado por la tardanza en llegar los refuerzos, abocaban a las perfumeras a luchar contra todo y contra todos, dentro y fuera de la pista.

El comienzo del año pareció traer nuevos aires acompañado de victorias, si bien es cierto, no con un juego excesivamente brillante pero al menos parecía coger un rumbo positivo. Nada más lejos de la realidad porque la crisis persiste y probablemente haya empeorado, si preguntan a los aficionados salmantinos la causa es más que evidente: «desconexión total entre técnico y jugadoras».

El comentario entre la grada durante toda esta temporada es el mismo: «no es entrenador para Avenida«, todo dicho desde el máximo respeto hacia un profesional que se deja la piel desarrollando su trabajo, pero los resultados y la huella que está dejando en Salamanca no está siendo bien asimilada, ni gusta, ni se le quiere al frente del banquillo azulón, y esto es lo que se comenta en los corrillos.

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Son demasiados detalles los que llaman la atención del entrenador gallego: falto de reacción cuando se despega el equipo contrario, no pedir tiempos muertos en su momento, gestión incomprensible de las jugadoras, discurso pesimista y sin transmitir optimismo, todo ello no se entiende muy bien entre el aficionado charro que no está acostumbrado a ver algo así.

El análisis del partido frente a Sedis Basket muestra a un equipo (el catalán) muy bien dirigido y mostrando su ambición por superar a las salmantinas, jugando al baloncesto con criterio y desarbolando completamente a las perfumeras que en ningún momento, se las vio con la sensación de reaccionar para llevarse la victoria.

Apenas detalles de Sika Koné y Arica Carter acompañadas de Çakir que sigue dando lecciones de profesionalidad y coraje, pero con un equipo roto y descompuesto en su conjunto, vagando por la cancha y mal dirigido por un entrenador al que se le vio una vez más, superado y sin ideas que transmitir a sus jugadoras.

Ya no valen las excusas del cansancio, procesos víricos aparte, hay jugadoras para poder realizar rotaciones, mimbres de sobra con los que poder jugar «a algo», pero este Avenida se ha convertido en un equipo vulgar al que no se le ve para luchar por ningún título este año, y me temo que las profesionales tampoco creen que se pueda hacer mucho más con lo que hay.

Mala dirección técnica, asesoramiento insuficente y una imagen que se está dando muy preocupante, porque es sensiblemente peor que la del año anterior. Como siempre las críticas serán mal recibidas y peor respondidas, hemos sido testigos recientemente de ello aunque probablemente fruto del nerviosismo, pero las aguas bajan revueltas en el seno del club salmantino.

La situación es complicada y pese a lo que se quiera transmitir, la continuidad de Pepe Vázquez está en los comentarios de todo el mundo, muy probablemente en otro lugar hace tiempo que hubiese sido cesado, pero seguramente que en Salamanca se le apoyará y seguirá confiando en su trabajo, pero los resultados me temo que lo volverán a poner contra las cuerdas y no sé si aguantará todo lo que se avecina.

Malas perspectivas se ciernen sobre Avenida que después de muchos años en la élite y disputando finales se encuentra en una de las peores temporadas en los últimos años, con un equipo netamente inferior que el de otras campañas, con un entrenador al que le cuesta dirigir un proyecto de este calibre, pero con una afición que tiene el derecho de alzar la voz y decir lo que piensa.

Para ser crítico no es necesario ser entrenador, llevar más de 30 años viendo baloncesto femenino pueden servir para tener una ligera idea de lo que se puede o no hacer en una cancha de baloncesto, no te da el derecho a ser catalogado como sabio pero sí para opinar, y la experiencia de lo vivido durante estas décadas puede emplearse para dictaminar que existe un problema.

En Avenida los hay, eso es algo que se lleva notando desde hace varias semanas, lo de la actitud, el ADN, las lesiones, el cansancio, reflejan demasiados condicionantes con los que justificar los resultados, eso delata al mensajero y las reacciones posteriores de componentes de la plantilla, staff del club o de la propia directiva, confiman que es así.

Poco que justificar y mucho que recapacitar para un equipo roto y hundido donde la cabeza no funciona y lo que es peor, no da síntomas de tener remedio para este mal que se ha incrustado en el grupo. La decisión de cambiar la dinámica solamente está en manos de una persona y estoy seguro de que nada va a suceder.

Javier Martín

📸 Fotos CB Avenida

📸 Fotos Óscar Haro Twitter @garydeharo

JORNADA 17 LF

CADÍ LA SEU (16+18+14+19): E. Ramette (15), A. Palm (3), V. Remenárová (6), L. Lahtinen (0), M. Bair (10) -cinco inicial-, Z. Hernández (3), A. Melgoza (19), S. Campisano (11), I. Hernández (3). 

PERFUMERÍAS AVENIDA (18+12+13+16): Olcay Çakir (6), Andrea Vilaró (6), Antonia Delaere (2), Laura Gil (7), Sika Koné (12) -cinco inicial-, Chantel Horvat (0), Leo Rodríguez (4), Arica Carter (10), Bernardette Hatar (2), Lucía Rodriguez (4).

ÁRBITROS: Francisco José Zafra Guerra, Daniel Checa Nebot y Cristian Adan Rodríguez.

Javier Martín
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