El conjunto malagueño venció al Galatasaray en un partido gris, que mantiene una racha que ilusiona a la afición y da una dosis de moral al equipo
Unicaja llegaba como un tiro al duelo europeo frente al Galatasaray tras alzarse con la Copa del Rey y prolongar la racha frente al Basquet Girona. El conjunto entrenado por Ibon Navarro afrontó el enfrentamiento con la presión añadida de una posible final four en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena.
Durante el primer cuarto, Darío Brizual y David Kravish maracron el ritmo de los malagueños en un duro intercambio de golpes contra los turcos. Tras esto, el cuadro andaluz marcó distancias desde el perímetro con un gran acierto que se reducirían con una gran ofensiva de los otomanos para cerrar el periodo por 26 a 19.
En los minutos restantes previos al descanso, el Galatasaray luchó y consiguió acercarse en el marcador para volver a meterse en el encuentro. Esto provocó que la distancia se redujese a un 42 a 40 en la partida al túnel de vestuarios. Esto también se vio derivado de un estancamiento del conjunto malacitano que se fue contento por no perder el mandato en el luminoso.
La dupla conformada por Caloiaro y Russell provocó que los otomanos llegasen a poner una distancia favorable de hasta siete puntos con un 48-55. Tras un tiempo muerto donde Ibon Navarro sacó la pizarra a pasear, emergió Brizuela con 14 puntos consecutivos para afrontar el último cuarto ganando por 62 a 61.
Un encuentro decidido por la mínima
En los diez minutos finales, la igualdad sería máxima y no se decidiría nada hasta los últimos instantes. El choque se vio sentenciado por una falta antideportiva que otorgó una distancia a favor de los malagueños de cinco puntos que provocó que los turcos bajasen los brazos.
Gracias a esta victoria, Unicaja permanece invicto y si logra vencer nuevamente al Galatasaray el jueves 9 de marzo, confirmará su presencia en los cuartos de final de la BCL.