El conjunto malagueño vence con tranquilidad y se encuentra a una victoria de la Final Four de la Basketball Champions League
Martes Santo en Málaga, una de las ciudades más cofrades de España. A priori, un partido con baja expectación entre los aficionados de Unicaja. Con este contexto, llegaron gritos de guerra desde Murcia. Y, en este momento, un partido que parecía condenado a ser uno más se convirtió en un encuentro de alta tensión por la transcendencia y las provocaciones existentes.
Tras las falsas acusaciones de amaño, el cuadro de la Costa del Sol salió con el cuchillo entre los dientes. Con un gran protagonismo de Darío Brizuela y Kendrick Perry, los andaluces pusieron tierra de por medio hasta obligar a Sito Alonso a pedir tiempo muerto con un 14-3 en el luminoso. Pese a esto, no se cortó la buena racha malacitana para finalizar el primer cuarto con un 23-10 a favor de los locales.
Con el retorno de los protagonistas a la cancha, Will Thomas se decidió a dar un clínic en el poste bajo para seguir estirando la ventaja. Gracias a la defensa malagueña, se consolidó eta ventaja en la cercanía a la veintena de puntos. Con un gran trabajo coral de toda la plantilla, se marcharon al descanso con un resultado de 45-27, pero con la baja de un pilar fundamental como es Alberto Díaz.
El conjunto de Ibon Navarro no levantó el pie del acelerador y con un Brizuela desatado lograron una nueva máxima de 25 puntos a favor de los andaluces. Mientras que los visitantes se acercaron a cuentagotas desde el tiro libre, el oficio de Thomas y Perry volvió a dejar una diferencia de 23 puntos al finalizar el cuarto por 68 a 45.
El desenlace
Se endureció el choque en lo físico y así se mostró con la falta descalificante de Jonathan Barreiro. Y, de nuevo, de la mano de Brizuela, plasmó una diferencia de 30 puntos por 79-49. Tras esto, los murcianos se acercaron en el luminoso en los minutos de la basura por 83 a 67. De esta manera, Unicaja se pone a una victoria de acceder a la estancia final de la Basketball Champions League.