Necesitaba el Real Madrid un triunfo como el que consiguió frente al vigente campeón de la Euroliga, Anadolu Efes, sin bien los de Ataman, como ya sucediera el año pasado, no han empezado de la mejor forma posible la fase regular de la Euroliga (2-5).
Tras la derrota en Zaragoza las dudas se apoderaron de nuevo entorno a la figura de Chus Mateo y sus pupilos respondieron con creces dominando desde el salto inicial el partido y sin dar opciones a un equipo turco que está echando mucho en falta al lesionado Larkin.
El juego en bloque del Real Madrid fue clave recuperando la mejor versión de Hanga, que aporta en ataque y da energía extra en defensa. Además esta vez si que se pudo contar con Poirier en ataque que se fue a los 13 puntos y con Llull anotando sus famosas mandarinas que seguro que le dan confianza para el futuro.
La clave fue el juego en equipo con muchos jugadores aportando y con la sensación de que tenían apuntado este día en el calendario para hacer un gran encuentro. Deck volvió a ser de los mejores junto a Yabusele que hasta que se marchó lesionado había anotado 11 puntos.
Las 25 asistencias de los de Mateo fueron otro de los puntos a tener en cuenta, algo que se echó de menos en Zaragoza y ejemplo del trabajo en equipo que se realizó ante un Anadolu donde Clyburn fue de lo poco salvable en el partido.
Y eso en un partido que arrancó sin defensas demasiado exigentes y con una primer parte de alta anotación por ambos equipos. Un intercambio de canastas ideal para el espectador, pero malo para dos entrenadores que no conseguían controlar el partido.
La ventaja del Madrid al descanso era de 11 puntos, adornados por un triple desde la lejanía de Llull que encendía el Wizink y que se celebró por parte de todos mientras se dirigían al vestuario.
Tras ese merecido descanso Anadolu Efes consiguió ir recortando distancias tras verse 15 puntos abajo. A pesar del espectáculo dado por el Madrid hasta el minuto 26, un parcial de 0-10 de los de Ataman les metió de lleno en el partido y obligó a Chus Mateo a llamar a filas a los suyos para no perder un partido importante para no descolgarse de la zona alta de la clasificación.
Con la grada algo preocupada apareció Hanga para dejar las cosas en su sitio tras sentir el aliento turco tras la nuca (69-67). Siguieron al húngaro Llull y Poirier para poner un +10 de nuevo en el marcador y tener asegurado el cuarto triunfo del curso en Euroliga y dejar algo tocado a Anadolu Efes con su quinta derrota.