Un sólido Mónaco se llevó justamente la victoria del Palau Blaugrana en partido correspondiente a la jornada 27 de la Euroliga.
El Barça se mostraba más fluido al inicio y arañaba una ventaja de 9 puntos a término del primer cuarto. Fueron sus mejores momentos en el partido.
Pero a partir del segundo el escenario cambiaba por completo: a los culés le costaba cada vez más anotar, y los monegascos, un equipo muy físico, no dejaban situaciones cómodas a los de Grimau.
Ricky Rubio debutaba en Euroliga pisando el Palau 13 años después y lograba su primera canasta aunque no pudo contribuir todo lo que le hubiera gustado -sus compañeros tampoco ayudaron desperdiciando algunos pases suyos de canasta- Aún así finalizó con 5 puntos y 2 rebotes en 11 minutos de juego.
Ambos equipos se mostraban muy desacertados desde la línea de 3 puntos, y por suerte para los culés Mike James no entraba totalmente en juego, aunque este hecho era suplido por el descaro y acierto de Strazel (13 puntos).
Tres tiros libres convertidos de Laprovittola daban una mínima ventaja a los locales al descanso y dejaban todo abierto para la segunda mitad (35-33).
Motiejunas salía como un cohete desde los vestuarios y diez puntos consecutivos con su firma daban ventaja de 4 puntos a los de Obradovic (41-45) que subían un pistón en defensa impidiendo que Willy recibiese cerca del aro y cerrando las puertas a las penetraciones.
Dos acciones positivas de James les daban la máxima ventaja (46-52) y Grimau tenía que pedir tiempo muerto. A pesar de poner un quinteto físico en la pista los blaugranas seguían fallando tiros fáciles y ello les pasaba factura (48-56).
Ricky Rubio salió de nuevo a la pista y un 2+1 suyo recortaba distancias. Sin embargo el frontcourt del Mónaco seguía obteniendo fáciles ventajas que aprovechaba Hall cerca del aro: fin del tercer cuarto con la máxima ventaja visitante (51-60) y la cosa pintaba muy mal en el Palau con mucho que remar.
La tónica en el último cuarto fue la misma que en el tercero: un Barça nervioso e incapaz de anotar ante un Mónaco muy bien plantado en la pista.
Los del Principado llevaban el ritmo del partido y lograban que el balón llegase al jugador local que les interesaba en cada momento: por ejemplo a Kalinic en el triple con un paupérrimo porcentaje (0 de 5).
Las canastas fáciles monegascas se sucedían, Laprovittola y Parker no tenían su día y la remontada se antojaba imposible (55-66). Además, cuando no lograban anotar echaban mano del rebote ofensivo.
Un triple de Okobo a falta de 5 minutos (57-70) ponía la puntilla a cualquier intento de remontada azulgrana-
Un robo más mate de Vesely daban un hilo de esperanza a la paciente afición del Palau (65-72), pero James dejaba las cosas en su sitio (65-77).