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A sus 48 años, Rosi Sánchez es una leyenda del baloncesto. Considerada como una de las mejores jugadoras españolas de todos los tiempos, cuenta con un palmarés en el que destaca la medalla de bronce en los Europeos de Francia (2011) y Grecia (2003), además de haberse proclamado campeona de la liga y Copa Ronchetti con el Sandra Gracanaria. A esto se suma, la Supercopa que conquistó defendiendo la elástica del Ros Casares.
Tras colgar las botas en 2011, decidió seguir vinculada al deporte que tanto le apasiona. De esta forma, emprendió su labor como entrenadora y preparadora física. Tanto sus habilidades como trabajo le permitieron formar parte del cuerpo técnico de la selección española U16F en 2011, 2012 y 2013 -en todos los torneos conquistaron el oro-. En la actualidad, Rosi Sánchez forma parte del Club Baloncesto Gran Canaria. Sus principales cometidos son coordinar la estructura femenina de la entidad, dándole énfasis a los equipos de base y participando en diversos programas que tienen como fin ofrecer más oportunidades de crecimiento y desarrollo a las más jóvenes.
En primer lugar, gracias por atendernos. Para comenzar, ¿nos recuerdas cómo fueron tus inicios en el baloncesto?
Me acerqué a la canasta, nunca mejor dicho, el verano del 87-89 en la playa de La Garita, donde mi familia veraneaba. En un tablero y un aro se montaban diariamente partidillos. Eso sí, era la única chica entre chicos de todas las edades. ¡Nunca olvidaré ese verano! En el curso siguiente, pasé al Instituto Pérez Galdós y allí seguí enganchada al basket. Fui aprendiendo este deporte en recreos y ausencias a ciertas clases. Durante uno de esos recreos, me crucé en la cancha con una antigua amiga y me habló del club de baloncesto donde estaba. Al final, me decidí, fui a probar unos días y me enganchó el baloncesto. Y desde ahí hasta ahora no he dejado este maravilloso deporte.
Eres la eterna capitana del CB Islas Canarias. ¿Qué puedes contarnos sobre los sistemas de juego que empleaba Domingo Díaz?
Desde que llegué al club ya estaban. Es cierto que se criticaba que fueran los mismos siempre y en todas las categorías. Pero los resultados están ahí y echan por tierra esas críticas. Quizás, por eso, mi juego más importante fue jugar sin balón.
Con el equipo canario hiciste historia. En tu palmarés, destacan dos Copas de la Reina y la Copa Ronchetti. ¿Nos cuentas que han significado estas hazañas para ti?
Significaron triunfos de un gran grupo humano, 95% canario y, por ello, tiene más mérito. Para mí fueron triunfos inolvidables. Viví mi explosión como jugadora.
Por otra parte, formaste parte del mítico Ros Casares junto a otras leyendas como Amaya Valdemoro o Elisa Aguilar. ¿Qué recuerdas de tu paso por el club valenciano?
Deportivamente hablando, recuerdo lo más bonito: que ganamos la Supercopa. Al final, fue el único triunfo que conseguimos. Como anécdota puedo contar, mi primer viaje en el famoso “mosquito”. Cuando lo escuché por primera vez, no tenía ni idea de lo que estaban hablando. Bufffffff uno de los peores viajes en “avión” de mi vida, aquello era una caja de zapato, sardinas en lata (llámenlo como quieran) y con tormenta. Y directas a jugar. Vomité lo que no estaba escrito y durante el partido, sólo pensaba en la vuelta….. Y Amaya y Elisa, muertas de risa. Claro, ellas estaban acostumbradas a viajar en “eso”.
Centrándonos en la selección española, participaste en diversos torneos oficiales para conquistar hazañas como la Medalla de Bronce Eurobasket de Francia 2001 y la Medalla de Bronce Eurobasket de Grecia en 2003. ¿Cuáles crees que fueron las claves del éxito de aquellos equipos?
Las claves fueron varias. Sobre todo, el gran trabajo de un gran grupo humano (staff y jugadoras) y que todos/as íbamos a lo mismo. Nada de individualismos o egoísmos. ¡Eso es súper importante en una selección!
En esta línea, cuentas con 121 internacionalidades, que dejaron un balance de 92 victorias y 28 pérdidas. ¿Qué ha significado para ti defender la elástica española?
Un orgullo inmenso que culminé con los Juegos Olímpicos del 2004. Puedo decir que me retiré yo de la selección. Fueron 10 años sin parar, tanto de campeonato nacional como en Europa; además de los veranos con la selección. Por eso me retiré, mi cuerpo necesitaba aflojar un poco.
Fue en 2011 cuando anunciaste que colgabas las botas. ¿Qué motivos te impulsaron a tomar la decisión?
Fueron varios, pero antes quiero decir que hubiera seguido jugando algunos años más. Me encontraba súper bien y seguía disfrutando con el basket. Uno de los motivos de mi retirada fue justamente ese: siempre me había planteado mi retirada estando bien, sin lesiones o que los entrenadores no contaran contigo. Porque, por desgracia, el deporte a veces es así de injusto. No se acuerdan de lo que has hecho en tu carrera y sí lo que hiciste durante los últimos años. Otra de las razones fue que me gustó tanto la experiencia como ayudante de la U16F (con Varis, Evaristo Pérez) que me entraron las ganas de ser entrenadora y preparadora física.
¿Se te quedó alguna espinita clavada como jugadora?
Sí, claro: me faltó ganar la liga española. Gané en Italia, pero no en España.
¿Qué se siente al tener una cancha con tu nombre?
Muy contenta, más porque está donde yo me crié y donde yo jugaba de pequeña. Luego, la usé con el club que fundé, el Club Pintadera Basket de Gran Canaria. Como dije en el momento del nombramiento, feliz porque lo hacen en vida. Normalmente estos reconocimientos se hacen cuando el personaje público ya no se encuentra con vida.
Respecto a tu labor cómo técnica, ¿qué cualidades consideras que deben caracterizar a un buen entrenador/a?
Para mí las más importantes son: sentimiento de pertenencia (que crean en el proyecto/club); ganas de mejorar y aprender; empatía con la generación a entrenar (no es lo mismo un benjamín que un junior) y humildad.
En términos generales, ¿cómo defines tu filosofía de juego?
La jugadora es lo más importante. Aunque sea un deporte colectivo, hay que adecuar el trabajo a la individualidad. Basar mucho tiempo al trabajo de técnica individual y táctica individual, para que el colectivo sea mejor y más competitivo. A la hora del juego, me gusta defensas alternativas, presionantes y mucho juego por conceptos. Y pocos o nada de sistemas estáticos.
Durante el verano de 2011, fuiste ayudante de Evaristo Pérez en la U16 Femenina (más adelante también lo serías, concretamente en 2012 y 2013). ¿Cómo viviste el debut como entrenadora?
Me encantó el ver el baloncesto desde la otra parte, el poder ayudar a las jugadoras. Disfruté de la experiencia al 100% y luego vinieron dos veranos más que fueron igual. Eso sí, me di cuenta, más si cabe, del curro que es ser entrenador ayudante (pocas horas se duermen durante los campeonatos) y lo fácil que se lo ponen a las jugadoras a la hora de afrontar los partidos.
Actualmente, desempeñas tu trabajo en el CB Gran Canaria. Además, allí llegaste a entrenar a equipos en categorías inferiores. ¿Qué aspectos destacarías de la cantera canaria?
Desde hace tres años no entreno a equipos, dirijo y coordino la estructura femenina, entre otras cosas. Hay talento, ganas de mejorar y de trabajar también. La pena es que estando tan lejos, los ojeadores no ven algunas jugadoras muy talentosas. Si no te clasificas para el Campeonato de España, nadie las ve.
A esas edades, el baloncesto se usa como herramienta de formación y educación en valores. Durante los últimos años, se han apreciado comportamientos por parte de algunos que parecen olvidar este hecho. ¿Qué le dirías a aquellos padres o aficionados que se creen entrenadores y llegan a presionar a las niñas desde las gradas?
Por desgracia es así, pero nada que ver con otros deportes que en España se invierte mucho más. Aquí el papel fundamental lo tienen los clubes, son los que tienen que educar y reconducir esos malos comportamientos. Y hacerles ver a esos padres o familiares, que lo único que hacen es perjudicar a su hija o hijo, a parte de la mala imagen que dan al club.
Con motivo del 8-M, apreciamos que el club grancanario se volcó con las mujeres. Además de hacer un llamamiento por la igualdad, realizaron otras acciones como asistir a una manifestación, diseñar camisetas y realizar un mosaico durante el descanso de un partido. ¿Qué mensajes quieres transmitirle a las instituciones y medios de comunicación para que apuesten más por las jugadoras?
El mensaje es sencillo: “sólo” buscamos la igualdad en todos los ámbitos del deporte. El Club Baloncesto Gran Canaria con estas acciones quiere demostrar que la mujer tiene un papel importante en su club, que es un presente y futuro real; aparte de unirse al llamamiento hacia la igualdad, sororidad y la corresponsabilidad de mujeres y hombres.
En el club, se distinguen varias iniciativas con las que muestra su responsabilidad social. Entre ellos, destaca el proyecto de baloncesto inclusivo SUMA. Para aquellas personas que no lo conozcan, ¿nos explicas en qué consiste?
El proyecto suma es un proyecto inclusivo que usa el baloncesto como herramienta integradora y de normalización. Todo gran club, como el CB Gran Canaria, se debe distinguir por sus acciones y proyectos hacia la sociedad. Como un intercambio a lo recibido por ellos y no solo para conseguir resultados deportivos.
Por eso, a parte del Proyecto Suma que lleva cuatro años asentado, la semana pasada se presentó otro gran proyecto social, el Proyecto Carmen. Este proyecto, me toca a lo personal ya que le hemos puesto el nombre de mi madre, fallecida por cáncer de mama. Este novedoso proyecto traerá a pacientes de cáncer de mama al baloncesto y lo único que deseamos es que sea la mejor receta en el proceso de lucha contra esta enfermedad.
Recientemente, se produjo una polémica que envolvió al CB Gran Canaria, CB Islas Canarias y Cabildo. Todo fue a raíz de unas declaraciones de Begoña Santana en Radio Marca, donde parecía culpabilizar a Sitapha Savané de no llegar a acuerdos con esta institución. ¿Les sorprendieron sus palabras?
En estos momentos, toda nuestra atención está metida en darle forma a los numerosos proyectos que tenemos focalizados para ofrecer más oportunidades de crecimiento y desarrollo de nuestra cantera. Para contestar a tu pregunta, conozco tan bien de dónde salen esas declaraciones que no me sorprenden.
¿Cómo ves el presente y futuro de las categorías base en Canarias?
Veo mucho trabajo por delante y muy ilusionante. Pero también difícil. Como decía antes, vivimos muy lejos de la Península y una de las partes malas es que hay menos población. Y eso, es una de los objetivos a plantearnos todos-as, conseguir que más niñas se apunten al baloncesto y que no abandonen la practica deportiva en edad cadete y superior. Ahí tenemos trabajo los clubes isleño y nosotros estamos en ello.
Por último, ¿qué mensaje le mandarías a aquellas niñas que quieran dedicarse al baloncesto, tanto como jugadoras como entrenadoras?
Les diría que “si quieren, pueden”. Se puede compaginar los estudios con el deporte. Que está demostrado, por innumerables estudios, el hacer deporte ayuda al crecimiento integral de la persona y los estudios no pueden ser la causa del abandono o de la no practica deportiva.
También que no todas llegan a ser deportistas de élite, pero que cada una somos campeonas de lo que nos propongamos. Una veces son campeonatos, otras son el lograr valores que el deporte nos brinda.
