Compartir
Compartir
Laura Herrera es una de las grandes referencias del baloncesto en las islas Canarias. Nacida durante 1989 en Tenerife, se formó en la cantera de La Salle San Ildefonso. La jugadora fue creciendo hasta llegar al CB Estudiantes, con el que debutó en 2008 en la máxima categoría. Su pasión por el deporte le llevó a hacer las maletas rumbo a destinos como el Rivas Ecópolis, Stadium Casablanca, Jopisa Burgos, Embutidos Pajariel Bembibre o Campus Promete. Al mismo tiempo, su trabajo y virtudes le permitieron dar el salto a la Selección Española Absoluta, contribuyendo a hazañas históricas. Más adelante, defendió la elástica de su isla con el Clarinos Tenerife para ponerle el broche a una carrera repleta de alegrías.
En primer lugar, gracias por atendernos. ¿Qué motivos te impulsaron a retirarte del baloncesto profesional?
Sentí que era el momento. Fue una decisión racional y meditada, pero también emocional. Algo me decía que tenía que dar el siguiente paso en mi vida. Quería hacerlo porque yo lo decidiera y en el momento que yo lo decidiera, y no porque las circunstancias me impulsaran hacerlo. Le sorprendió a mucha gente porque podría haber seguido jugando, pero lo tuve muy claro. A día de hoy, creo que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado. Fueron días muy emotivos para mí, sentí el cariño de muchísima gente. He podido retirarme en casa, después de una gran temporada y estando segura de ello, no puedo pedir más.
Tras destacar en categorías de formación, saliste de Canarias con el objetivo de convertirte en profesional. ¿Se te hizo complicado dejarlo todo atrás?
Siempre es difícil dejar tu hogar, tu familia, tu gente, etc. Y, más, siendo la primera vez y joven. No obstante, fue una decisión muy meditada. Hacerlo de la manera que lo hice, a la edad que lo hice y al destino elegido, estaba más que pensado y estudiado junto con mi familia. Acerté sin duda.
Cuentas con una amplia trayectoria. ¿Nos refrescas la memoria explicándonos cómo empezaste a practicar baloncesto?
Empecé en mi colegio, en La Salle San Ildefonso. Lo hice a raíz de ir viendo a mi hermano jugar. Me encantaba hacer deporte y probé otras opciones antes de decantarme finalmente por el baloncesto. Estuve incluso años compaginándolo con el tenis, pero llegó un punto en el que resultó inviable por cuestión de tiempo.
Debutaste en la élite con el Movistar Estudiantes. ¿Qué recuerdas de tu paso por el club?
Estudiantes más que un equipo, fue un hogar para mí. Me sentí así desde el primer momento. Buscábamos encontrar un sitio donde pudiera formarme también más allá de lo deportivo. Salió rodado. Ascendimos la primera temporada que estuve allí y pude debutar siendo muy jovencita en la máxima categoría, en una Liga Femenina que de aquellas contaba con jugadoras como Delisha Milton-Jones, Elena Tornikidou… no era realmente consciente entonces. Siempre decía que volvería para retirarme en el Estu, pero la idea de hacerlo en Tenerife y cerrar el ciclo allí, cambió los planes. Les guardo un cariño inmenso.
En la temporada 2010/11, diste el salto al Rivas Ecópolis. Allí compartiste vestuario con históricas como Amaya Valdemoro o Elisa Aguilar, al mismo tiempo que con jugadoras que acabarían siéndolo (como Anna Cruz o Vega Gimeno). ¿Cómo viviste esta etapa?
Fue uno de los pasos más importantes de mi carrera. Tras haber realizado buenas temporadas con el Estudiantes, me llegó la oferta. Pude debutar en Euroliga, ganar una copa de la Reina y formar parte de una plantilla de muchos quilates que hizo que mi día a día fuera un continuo aprendizaje. Todo un lujo del que me siento muy orgullosa.
¿Con qué momentos de tu trayectoria te quedarías?
Siempre digo que más que momentos, me quedo con personas, con amigas. Muchas y muy buenas. Suena a tópico, pero es así .Ahora que estoy retirada, cuando echo la vista atrás, es en lo que más pienso. Si hablamos de momentos o méritos deportivos, ganar un Europeo en casa, en Tenerife, o haber podido formar parte de la Selección Absoluta, fueron los dos que más me marcaron.
Uno de tus mayores logros fue la medalla de bronce en el Europeo de 2015. ¿Qué puedes contarnos al respecto?
Más allá de la medalla, la gente que me conoce y que me ha acompañado durante todos estos años, sabe que fue algo más que una medalla. Venía de conseguir muchos títulos en categorías inferiores vistiendo la camiseta de la selección, y empecé a estar en órbita de selección absoluta desde muy jovencita. Asistía a muchas concentraciones cada verano, pero formar parte de las 12 se me resistía. Finalmente, lo conseguí, y eso fue mejor que cualquier título.
¿Se te quedó alguna espinita clavada en el ámbito deportivo?
¡Sin duda! Rocé el sueño olímpico. Lo tuve muy muy cerca y se me escapó .Fue algo muy doloroso y me costó tiempo digerirlo. Cualquier deportista sueña con algo así y todavía hoy cuando lo vivo desde el otro lado, como espectadora, se me viene a la cabeza que yo pude estar ahí.
Actualmente, ¿cómo ves la situación del baloncesto en Canarias?
Siempre he dicho, con mucho orgullo, que en Canarias se vive el baloncesto de una forma especial. Y así ha quedado demostrado en los eventos que se han ido realizando en las islas. Es cierto, que durante unos años, hemos echado en falta más equipos en categorías profesionales, simplemente por darle una salida a esas jugadoras que trabajan y bien desde categorías inferiores. Ahora los tenemos. Hay que dar un paso más y conseguir esa estabilidad en esos clubes.
¿Crees que los clubes deberían darle más oportunidades a jugadoras jóvenes y nacionales?
Claro, pero en Canarias y en cualquier sitio. Es importante trabajar bien con la cantera, con las jugadoras jóvenes y proyectar una continuidad. Que sea de verdad, que la jugadora nacional sienta que es importante y se va a trabajar en su futuro a todos los niveles. De lo contrario, no conseguirás crear identidad en el club.
Recientemente, tu amiga Tamara Abalde tomó la decisión de retirarse. ¿Te animas a dedicarle unas palabras o un consejo para afrontar esta nueva etapa que comienza?
Tamara es como de mi familia. He estado al tanto de su situación todo este tiempo. Deportivamente hablando, no voy a decir nada que la gente no sepa ya. Ha tenido una carrera impresionante, no solo por su talento en la pista sino por su saber estar y profesionalidad. Yo además, tengo la suerte de conocer y mucho, a la Tamara persona. Y créanme, es todavía mejor, ¡que ya es decir! El baloncesto nos permitió conocernos y tengo claro que nos tendremos siempre la una a la otra. Está más que preparada para lo que viene y le esperan grandes cosas.
También hace poco el Uni Ferrol homenajeó a Patricia Cabrera retirando su camiseta. ¿Te gustaría hacerle llegar algún mensaje?
Patri merecía algo así por tantos años de compromiso total y absoluto con el club y la ciudad. No es fácil dejar huella de esa manera y es bonito que cuando ocurre, te lo reconozcan. ¡Me alegro mucho por ella!
Por otra parte, la Federación Española de Baloncesto ha confirmado el descenso matemático del Clarinos. Recordamos que formaste parte del club desde 2019 hasta el 2021. ¿Te da pena la situación que están afrontando?
Por supuesto. Ha costado mucho que Tenerife vuelva a tener un equipo en la máxima categoría. He formado parte del club y obviamente les he estado siguiendo tanto cuando estaba en Tenerife, como desde la distancia. ¡Ojalá vuelvan pronto y más fuertes!
¿Consideras acertada la decisión del club de no jugar en la Liga Femenina Challenge el curso pasado? El club llevó a cabo una permuta con el Campus Promete y llegó a un acuerdo desde los despachos para seguir en la élite.
Cuando hay situaciones así, saber dónde o no está el error, es complicado. Evidentemente, no se han hecho las cosas bien, por algo están donde están. Ahora es necesario empezar desde 0, detectar esos errores y corregirlos cuanto antes. De lo contrario, será difícil revertir la situación.
Hace poco, el Clarinos Tenerife rindió un homenaje a las mujeres con motivo del 8-M. Sabemos que te invitaron, pero no acudiste. ¿Te hubiera gustado asistir a la cita?
Claro. Por motivos laborales, estoy viviendo en Madrid y no pude estar. Pero les estoy muy agradecida por haber pensado en mí en un día así.
En la actualidad, ¿es necesario profesionalizar el baloncesto?
Creo que es necesaria una profesionalización dentro de los parámetros que la liga permita. Hay que aprovechar el impulso que se le está dando ahora mismo al deporte femenino y aprovechar también que ha sido aprobada hace muy poquito la nueva ley del deporte, que introduce muchos artículos que tienen en cuenta a la mujer y sus condiciones especiales como maternidad, lactancia… de esta manera, al menos, la máxima profesionalización posible. Empezando por crear un convenio colectivo acorde a esa ley, crear un estatuto de los deportistas que permita a las mujeres conseguir poco a poco esa igualdad y garantizar sus derechos, entre otras cosas.
Después de retirarte, fuiste vicepresidenta de la Federación Insular de Baloncesto de Tenerife (FIBT)…
No sigo como tal, porque no estoy en la isla y mi situación laboral es otra. Pero cuando me surgió este cambio, se lo hice saber a Rafa González (presidente), dejándole claro que cualquier cosa que pudiera hacer desde la distancia, seguiría ligada a ellos y echando una mano siempre. Fue una etapa corta, pero muy bonita.
Desde la institución, ¿se han llevado cabo más planes para fomentar más el baloncesto femenino?
Sí. Fui partícipe de la organización del torneo internacional que se realizó el pasado verano en la isla. La acogida fue muy buena. Esa era la idea, potenciar el baloncesto femenino en Tenerife. Tengo constancia, y además así lo pude vivir desde dentro, del trabajo que se está realizando para ir creciendo en esa dirección.
¿Por qué se merecen las mujeres una mayor visibilidad y apoyo por parte tanto de los medios de comunicación como instituciones?
Hay una frase que dice que «aquello que no se nombra, no existe» y durante mucho tiempo ha sido así. El deporte femenino existía pero no se visualizaba. En la actualidad estamos en un momento de cambio; poco a poco hay una mayor visibilidad, pero parece que muchas veces existe como consecuencia únicamente de los éxitos obtenidos. No debería de ser así. Es importante generar referentes femeninos. Las mujeres deportistas merecemos las mismas condiciones y oportunidades y esto implica de lleno a las instituciones. No puede quedarse solo en palabras o en promesas. Hay que hacerlo de verdad, creer en ello.
¿Nos hablas del trabajo en el que estás enfocada actualmente?
Estoy trabajando en una agencia de representación, You First. Siempre tuve claro que quería estar, de una forma u otra, ligada al deporte y al baloncesto cuando me retirara. Me llegó la oportunidad, confiaron en mí y no lo dudé. Quería «fichar» por un muy buen equipo y así lo he hecho.
En un futuro, si te propusiesen formar parte de algún club te lo plantearías? Por ejemplo, estando en la Junta Directiva o aprovechando tus estudios en Periodismo.
Nunca cerraría la puerta a nada, claro que me lo plantearía, la vida da muchas vueltas. Es algo que se me propuso en su día por parte de algún club, pero ahora mismo soy feliz donde estoy y como estoy.
¿Qué objetivos te marcas de cara al futuro?
Desde hace un tiempo, no me marco objetivos a largo plazo. Ni en lo laboral ni en lo personal. Trato de exigirme, a veces mucho, en el ahora. Sin permitirme llegar al conformismo. No creo que nunca debas dejar de trabajar en tu mejor versión, a todos los niveles. Ya seas deportista o no.
Por último, ¿algún consejo para las jóvenes que quieran seguir tus pasos?
Que no hay un camino escrito, estipulado o ideal para llegar a ningún sitio. Que cada una trate de encontrar su identidad y que cuando lo hagan, no la suelten. Que trabajen por y para mejorarla sin permitir que nada ni nadie les haga dudar de ello.
