Mate Al Aro

Entrevista | Elena Rodríguez: «No soy matrícula de honor en nada, pero soy sobresaliente en todo»

A sus 19 años, Elena Rodríguez está en uno de los momentos más dulces de su trayectoria profesional. En 2021, la grancanaria hizo las maletas rumbo a Estados Unidos para convertirse en la primera jugadora española en estudiar y jugar en la Universidad de Harvard. Tras destacar en las categorías de formación con la selección española, la alero canaria sigue creciendo mientras demuestra su calidad. Entre sus señas de identidad destacan su sacrificio, trabajo, entrega y disciplina. Además de destacar esta temporada en las Harvard Crimson, ha recibido varios reconocimientos por conciliar exitosamente su labor académica con el baloncesto. Una muestra de ello es la mención honorífica que le otorgó la Ivy League.

Elena Rodríguez atiende a «Mate al Aro» para repasar su carrera, hacer un balance de la misma y compartir reflexiones tanto sobre lo que implica ser deportista como sus objetivos a largo plazo.

Empezando por tus raíces, ¿nos recuerdas tus inicios en el deporte?

De pequeña practicaba un montón de deportes: natación, kárate, gimnasia rítmica, ballet, atletismo, etc. Recuerdo ir a un campus junto a mi hermana celebrado en nuestro pueblo. Allí se fijaron en nuestra altura y características, al mismo tiempo que nos animaron a apuntarnos al Club Baloncesto Agüimes. Las dos decidimos dar el salto al baloncesto, aunque yo decidí compaginarlo con otras actividades que ya había practicado porque me gustaban. Con aproximadamente siete años, el baloncesto se convirtió en mi prioridad y me enfoqué exclusivamente en el mismo. Dese entonces, siento pasión por el deporte del balón.

Completaste tu formación en el Club Baloncesto Islas Canarias, considerado como una fábrica de baloncesto para las jóvenes. ¿Qué factores destacas de tu etapa allí?

Estuve allí durante nueve temporadas. Desde mis inicios en el club, Domingo Díaz y Begoña Santana me recibieron con los brazos abiertos, abriéndome las puertas del pabellón. Les agradezco que confiaran en mí y que me ayudaran a convertirme en la jugadora que actualmente soy.

Uno de los grandes aspectos que destacan de mi paso por el CB Islas Canarias son mis compañeras de equipo. Hice amigas para toda la vida. Con la generación del 2003 ganamos todos los Campeonatos de Canarias. La guinda del pastel fue el Campeonato de España Júnior en 2021. Era uno mi último partido con el SPAR Gran Canaria y fue muy especial conquistar el oro. No nos regalaron nada… Durante esta época, aprendí a darle importancia a valores como la constancia y perseverancia. Al final, todo el trabajo se vio recompensado con el mencionado premio.

Otro de los aspectos que enfatizaría es la oportunidad de trabajar junto al equipo profesional. Cuando las jugadoras necesitaban ayuda, algunas tuvimos la oportunidad de apoyarlas en los entrenamientos y en aquello que necesitasen. Considero que esto es una motivación para las más pequeñas. Por ejemplo, me hacía ilusión ir a los calentamientos de mi hermana y hasta aprovechaba para sacarle fotos. Mientras tanto, pensaba «¡ojalá algún día pueda competir en la Liga Femenina!». Es satisfactorio ver que, con el paso del tiempo, una tiene protagonismo en la cancha junto a tus referencias y aprender de ellas.

El equipo amarillo conquistó el Campeonato de España Júnior en Huelva | FEB

¿Necesitan las jóvenes más atención e importancia, al margen que logren la clasificación para competir en los Campeonatos de Canarias y España?

Habitualmente, las jugadoras conversamos sobre este asunto tanto con nuestra familia como amistades. Pienso que no necesitas ir a un campeonato para recibir el reconocimiento y la igualdad que merece el deporte en cualquier nivel. Hay que tener en cuenta que las chicas solemos tener menos recursos en el baloncesto -jugamos en las canchas más humildes y con peores horarios -. Por todo el trabajo que realizamos, opino que necesitamos mejores condiciones en líneas generales y con independencia del nivel. Si queremos avanzar en la sociedad y lograr una mayor profesionalización, queda mucho trabajo que hacer. ¡Espero que todas las partes involucradas hagan un esfuerzo para logarlo!

En tu palmarés destaca su participación en la selección española U16 y U18. ¿Nos cuentas cómo afrontaste las experiencias?

Me quedo más con el torneo U16 en Macedonia del Norte, porque fue el primero en el que estuve en la selección. En la temporada cadete me fue muy bien, así que terminar el verano con el bronce fue la guinda del pastel. Quedamos terceras, nos clasificamos para jugar el Mundial de 2020. Nos iba a tocar el grupo en el que estaban países como Estados Unidos, Mali o Australia. Estábamos emocionadas, pero luego llegó el COVID-19 y se suspendió el único mundial que tiene nuestra generación. Fue un palo bastante duro, pero al menos pudimos entrenar durante unas semanas… Después de quedarnos sin nada ese año, el Europeo U18 estuvo bien para coger sensaciones y vivir algo diferente con la generación del 2003.

El FIBA Challenger de Heraklion fue un campeonato fue un tanto extraordinario, porque lo normal hubiese sido jugar el formato FIBA contra los equipos que estaban en la primera edición del Europeo. Al ser en 2021, un año justo después del COVID-19, hicieron un formato especial y parecía más un torneo internacional que un campeonato de Europa en sí. A nivel personal no fue uno de mis mejores torneos, pero sí me encantó la experiencia de estar con el equipo e ir con la selección en verano es todo un orgullo y es un placer ver a mis compañeras.

A estas alturas, ¿cómo te describes sobre la pista?

Hace unos años, me costaba responder esta pregunta y ahora lo tengo claro. Todos los entrenadores que he tenido me definen como una jugadora versátil. Cuando era precadete, por mi altura actuaba como 1 o 2; ahora que soy más alta he jugado de jugar de 3 o 4. Me gusta haber tenido la oportunidad de ocupar todas las posiciones, pues la polivalencia me permite no estancarme y me ayuda a disponer de más minutos.

Soy bastante compañera de equipo, me gusta dar buenos pases y tengo buena visión de juego. Siempre me han dicho que no soy matrícula de honor en nada, pero soy sobresaliente en todo; creo que esa frase me define bien. No soy la clase de jugadora que mete 30 puntos por partido, pero sí hago de todo un poco. Soy bastante consistente en el sentido de que parece que no hago nada, pero sí que aporto mucho. Por ejemplo, me acuerdo de un Campeonato de España cadete hice en seis partidos 3 triples-dobles. Eso demuestra que puedo hacer de todo un poco.

¿Cómo valoras la temporada realizada por las Harvard Crimson?

¡Ha sido un temporadón, en todos los sentidos! Llegar con un nuevo cuerpo técnico y hacer lo que hemos hecho no es fácil. Tuvimos como la primera temporada con más de 20 victorias desde 2016, rompimos la racha de triunfos de Princeton (llevaba años sin perder en la Ivy League) y hasta en el primer partido le ganamos en casa como con una diferencia de 6 o 7 puntos. También llegamos al final de la Conferencia (algo que no pasaba desde 2017) y ganamos a varios equipos que están en el top de la tabla clasificatoria.

Esto muestra que hemos dado un salto de calidad y podemos aspirar a ser uno de los referentes de la Yvy League, junto con Princeton y Columbia. Lo mejor es que todavía queda mucho hacer, ¡tenemos muchas ganas de ver lo que está por venir!

La canaria es una de las líderes de las Harvard Crimson | @harvardcrimson

¿Qué tal llevas el hecho de compaginar los estudios en Psicología y Economía con tu faceta como deportista?

La verdad es que hay épocas donde se me hace más complicado compaginar los estudios con el baloncesto. Sobre todo, en septiembre: tenemos entrenamientos desde las 06:00 AM, luego tengo que ir a clases y después volver a los entrenos. Lo único que hago es dormir, comer y jugar al baloncesto. Los parciales de esa mitad de semestre no suelen ir tan bien como una espera, debido a que vas arrastrando todo y te ves más atrasada de la cuenta. Después de esos parciales, la cosa mejora bastante.

Por otra parte, tenemos finales mientras estamos en la temporada y eso no es ideal. Al final del día, en vez de irte a tu cuarto a ver una película tienes que ir a la biblioteca a trabajar. Sabiendo cómo es tu horario en el baloncesto y elijes las clases acorde al nivel de dificultad, lo puedes sacar adelante.

Algunas veces, se olvidan los sacrificios que las deportistas hacen para cumplir sus metas y sueños. ¿Te apetece compartir aquellos a los que te enfrentas?

Desde pequeña, ya empiezas a notar los sacrificios. Por ejemplo, ves que tus amigas quedan para ir a tomar algo y no puedes ir porque tienes entrenamiento. También te pierdes muchas fiestas de cumpleaños y demás. Ahora, especialmente, aparte del tiempo libre que no tengo comparado con mis compañeras. El hecho de vivir en otro lado del mundo y Atlántico hace que no vea a mi familia prácticamente durante todo el año (me voy en agosto y no vuelvo hasta mayo, ni siquiera regreso en Navidades).

Con esto, te das cuenta de lo que significa el baloncesto para mí. Al final, es difícil y estoy segura de que no todas las personas estarían dispuestas a hacerlo. Pese a esto, no me arrepiento de nada: gracias a todos esos sacrificios que he hecho durante mi camino, estoy donde estoy ahora.

La familia es un pilar fundamental para las hermanas Rodríguez | Antonio Rodríguez

Es inevitable preguntarte por tu hermana, Natalia Rodríguez. ¿Qué puedes contarnos sobre ella?

¡Es mi ejemplo a seguir! Ella es la que me ha marcado el camino, al haber pasado por lo mismo que yo me ha dado consejos. Verla crecer me ha ayudado a decidir el rumbo que quería escoger y a esforzarme por conseguir mis metas. También aprendo de sus errores e intento hacer lo mejor posible lo que ella ha hecho bien. Siempre estaré agradecida por ello.

¡Su progresión como jugadora ha sido espectacular! Verla progresar desde pequeña hasta convertirse en profesional es una pasada. Durante los últimos años, ha dado un paso adelante. Desde la fase de ascenso para ascender a la Liga Femenina Endesa, se ha ganado el respeto de la liga. Si ya antes tenía su nombre y una buena reputación, creo que los ha mejorado más.

Además, tiene un récord en triples. Si nos fijamos en la clasificación de la Liga Femenina Endesa, es una de las mejores jugadoras en porcentajes desde la línea del 6.75. Eso dice mucho del nivel en el que está. ¡Ojalá algún día ser la mitad de buena que ella!

De cara al futuro, ¿cuáles son tus metas?

Aquí siempre me preguntan qué voy a hacer después de la universidad, porque con la visa te tan un año extra y la gente suele quedarse a buscar trabajo. Por las oportunidades que ofrece Estados Unidos, muchos se quedan. En mi caso, tengo claro que en el futuro quiero regresar a España para intentar jugar en la Liga Femenina Endesa o Liga Femenina Challenge.

Mi sueño siempre ha sido jugar profesionalmente al baloncesto. Lo tenía claro desde que estaba en el CB Islas Canarias, cuando entré en la dinámica del primer equipo. Esta etapa que estoy viviendo es para formarme y estar preparada para jugar al mejor nivel. Sé que, tarde o temprano, conseguiré mi objetivo. Y ya más adelante, me gustaría tener la oportunidad de formar parte de un equipo grande de España para competir en la EuroCup Women o EuroLeague Women. ¡Disfrutaría jugando con las mejores!

Elena Rodríguez tiene claro que quiere competir en España tras su etapa universitaria | FIBA

Fotografía de portada: @HarvardWBB

Loida Cabeza
Seguir a @Loida_Cabeza

Periodista y directora de comunicación.