Lo que acaba de pasar en el Wizink no es fácil de explicar. El Real Madrid está en una situación complicada como el propio Laso había declarado en la previa, pero poca explicación tiene lo visto en el parqué en la tarde noche de hoy.
El equipo de Laso ha empezado dando un golpe encima e la mesa, demostrando que puede dar su mejor versión y que desde la larga distancia sigue teniendo mucha artillería. Ha empezado a anotar triples con mucha facilidad llegando a soñar con un récord en la competición.
No lograban los hombres de Trinchieri parar a los jugadores de Laso y la diferencia subía y subía tras dos primeros cuartos con 24 y 28 puntos y dejando sin ideas a Bayern de Munich. Los alemanes, que ya sabían que tenían el cruce asignado con el Barça, no parecían por la labor de querer esforzarse mucho en este partido y el 52-34 del descanso no hacía presagiar lo que se le venía encima al Real Madrid.
Tras el paso por vestuarios las fuerzas se igualaron, y ambos equipos intercambiaban canastas, algo que le venía bien al Real Madrid que mantenía una cómoda ventaja en el marcador. Seguían entrando los triples con Causeur en plan infalible y eso hacía olvidar que no se metía de 2, a pesar de tener superioridad en la pintura con hombres como Tavares y Poirier.
Se entró en el último cuarto con una ventaja de 16 puntos (la máxima fue de 20 puntos) y con la sensación que la segunda plaza de la temporada regular ya estaba en el bolsillo. Entonces fue cuando empezó la pesadilla que lleva sufriendo el Madrid desde hace unas semanas y el Bayern mutó en los Warriors de las más de 70 victorias en temporada regular.
Los jugadores del equipo alemán, guiados por un gran Jaramaz, iniciaron una remontada que dejó sin palabras a los asistentes al pabellón. Sin reacción alguna por parte de los jugadores blancos, que con sus caras, reflejaban la situación de un equipo descolocado, los alemanes empezaron a creerse que podían ganar. Y vaya silo hicieron.
El parcial en esos últimos 10 minutos fue 13 a 38, demasiado para un equipo que está en horas bajas y que mira de reojo que el domingo llega un Barça que ha jugado más relajado las dos últimas jornadas en Euroliga y que tendrá en su mano casi asegurarse el primer puesto en liga regular.
Con esta derrota el Real Madrid acaba cuarto en liga regular de Euroliga y de poder enfrentarse como segundo a Mónaco, se tendrá que ver las caras contra Maccabi o Anadolu Efes, eso sí, con el factor cancha a favor.
Trabajo por delante el que le queda a Pablo Laso para revertir la situación sobre todo anímica de uno jugadores que deben recuperar la confianza para afrontar la parte final y decisiva de la temporada.