El baloncesto europeo pendiente de la guerra

Como no podría ser de otra forma, el baloncesto se ha visto salpicado por las posibles consecuencias que tendrá en las competiciones europeas el conflicto que ha estallado entre Rusia y Ucrania.

La principal noticia estos días es la salida de jugadores de sus equipos. A los ya conocidos cuatro casos del CSKA (Shengelia, Voigtmann, Lundberg y Grigonis) se unen jugadores como Napier, del Zenit que ha renunciado al contrato que tenía a pesar de estar lesionado y estarse recuperando. Del propio Zenit coge fuerza la posibilidad que hombres como Kuzminskas y Gudaitis sigan el mismo camino.

Además parece complicado que con la situación que es está viviendo, el resto de jugadores americanos quieran seguir en suelo ruso, siempre teniendo en cuenta que no podrían jugar en ningún equipo de Euroliga, por estar el mercado cerrado.

El cierre del espacio aéreo se suma a la decisión que la Euroliga confirmara que los equipos rusos no podrían jugar sus partidos en Rusia. Respecto a esto, Alemania ha cerrado su espacio aéreo a aviones rusos y Lituania está a punto de hacer lo mismo. Otros países como Francia y España se sumarán a esta medida y esto implica que los equipos rusos tendrían muy complicado viajar a estos países.

Cabe la posibilidad que pudieran jugar en países como Turquía o Serbia pero de momento los partidos de esta semana no tienen asignada pista de juego y eso con un calendario tan lleno de encuentros sume a la Euroliga en una tremenda duda a la hora de saber qué hacer.

Por si fuer poco, la Euroliga vio como algunos equipos como Zalgiris anunciaban que no estaban de acuerdo en disputar los partidos de los equipos rusos en campo neutral y se reafirmaban en no jugar más con equipos rusos. Esto supondría una fuerte sanción económica para los lituanos a la espera de ver si algún otro equipo sigue el camino de los de Kaunas.

Todo un rompecabezas, donde cualquier decisión agradará a algunos y dejará a otros descontentos, pero ambas opciones deberán ser estudiadas por los organismos deportivos correspondientes en busca de la mejor solución para todos.

Lo mejor, parar una guerra inútil a ojos de todos, donde lo de menos es el deporte y los partidos que se puedan ver afectados.