El Unicaja tiene varios problemas, desde hace muchos años y varios tienen nombres y apellidos pero ninguno como el que se ha manifestado en forma de entrenador en el último año y medio. Luis Casimiro Palomo es el séptimo entrenador con más victorias de la historia de la ACB y el cuarto con más partidos jugados, por no hablar de grandes hazañas como la liga ganada con el Manresa en la temporada 1997-1998 cuya gran estrella era un Chichi Creus de 41 años que fue nombrado MVP de la final, o la histórica clasificación del Herbalife Gran Canaria a la Euroliga por primera vez en su historia, a pesar de lo previamente mencionado, Casimiro no ha estado a la altura y se encuentra en una etapa con más sombras que luces en el Unicaja.
El Unicaja del último año y medio ha sido pésimo, se ha convertido en un equipo sin identidad, tibio, mediocre y con una carga táctica nula. Durante la temporada 2018-2019 el equipo tuvo un comienzo fulgurante que se diluyó como un azucarillo sufriendo una gran fragilidad defensiva y mostrando una irregularidad constante, mientras que en lo que llevamos de temporada 2019-2020 se ha demostrado que sigue siendo un equipo muy irregular, pero esta vez de manera más incidente en la parcela ofensiva. Ambas plantillas fueron ajustadas y creadas con vistas a ser un equipo que con la ayuda del entrenador se equilibrase y fuese capaz de dar un rendimiento constante en ambos lados de la cancha pero esta ayuda nunca ha llegado.
Casimiro fue el sucesor de Joan Plaza, casi nada. Joan está entre los 3 mejores entrenadores de la historia de este club, y sustituirle no era tarea fácil. A pesar del éxito de Plaza en el club, los dirigentes cajistas deciden buscar un perfil totalmente distinto, menos exigente, mas ofensivo y amigable. Este es el eterno error cometido por el club malagueño, siempre entrando en el bucle de entrenador exigente y entrenador que no lo es, algo que no favorece a la estabilidad y regularidad del club.
Casimiro viene en trayectoria descendente, empezó muy bien y por diversos motivos el barco empezó a hundirse. Ahora mismo, el equipo se encuentra en un momento pésimo y ha llegado a alcanzar este nivel tan catastrófico después de una serie de sucesos terribles. Empezando por la eliminación en primera ronda la copa del rey a manos de un Iberostar Tenerife al que ya se había enfrentado siendo apalizado de la misma o peor forma, fue ciertamente lamentable debido a que se hizo exactamente el mismo partido en ambas ocasiones, algo que demuestra la inexistente capacidad de dar soluciones y anular el juego de un equipo al que ya se habían enfrentado. Tras 1 mes de arrastrarse por las canchas de la ACB llegan los cuartos de Eurocup, más concretamente el tercer partido de la eliminatoria contra el Alba de Berlín, de primeras nunca debimos llegar a esta situación ya que nos encontrábamos 1-0 y con nuestro respectivo partido en casa pero nosotros no fuimos capaces de aprovecharlo y es que en la etapa de Casimiro en el Unicaja el Factor Carpena ha sido totalmente destruído, este tercer partido estaba totalmente encaminado pero en el último cuarto y de manera totalmente desesperada Aíto García Reneses decide utilizar una simple zona 2-3, y le funciona, durante 8 minutos y medio el Unicaja solo mete 2 canastas en juego y se ve totalmente neutralizado, por una simple zona 2-3. Tras todo lo ocurrido en las declaraciones post partido el manchego le echó la culpa a Boatright, temporero fichado por la lesión de Alberto Díaz, de no ser capaces de romper la zona, cuando fue él y el resto de jugadores que sí quienes no tuvieron ninguna solución y quién no fue capaz de romper una zona para nada compleja. Después de esta terrible eliminación y el socavamiento de nuestras esperanzas de seguir en la Euroliga 1 año más, el equipo no se recuperó y siguió arrastrándose y dando pena de la manera más humillante posible en la competición doméstica perdiendo de nuevo en playoffs contra el Valencia otro 1-0.
Este año ha sido más de lo mismo, irregulares a más no poder y un juego muy pobre, con una falta de sistemas evidente y de un poco de carga y rigor táctico. Somos el peor ataque y a pesar de tener una plantilla que no se caracteriza por su tiro de tres Casimiro sigue insistiendo en que hay que tirar y tirar y volver a tirar lo que nos hace muy dependientes de nuestro acierto, por no hablar de algunas declaraciones como el menosprecio al sector de la afición (la gran mayoría) que le critica nombrándoles «los 40 virtuales» o dejando entrever que un 60% de victorias es una gran temporada. Deberíamos aspirar a mucho más y que siga Casimiro en el cargo habla muy mal de las apiraciones de Unicaja. En resumidas cuentas, por tu bien y por el nuestro Casimiro, vete ya.