Würzburg Inside. Orgullo y prejuicios.

Hasta aquí hemos llegado, Avenida es humano y la fatiga de un maratón de partidos en las últimas fechas se hizo patente en la primera semifinal de la Final 4 en Estambul.

Dos primeros cuartos espléndidos de Sopron fueron una losa demasiado pesada para el equipo salmantino (único representante español en la cita) que hizo vanos los esfuerzos de las de Roberto Íñiguez.

Sin acierto, sin ajustar defensas, desconocidas en lo que hasta ahora había sido un equipo casi infranqueable, cedieron ante el empuje del equipo húngaro que se encontraba muy cómodo en la pista y con una Gran Estrella, Jelena Brooks (ex-jugadora de Avenida), que aplastó al equipo azul (ayer de blanco) con 27 ptos.

Dos cuartos muy completos de las de David Gaspar y tremendamente flojos por el lado perfumero ponían muy cuesta arriba el pase a la gran final del domingo. Pese a ello la máquina se puso a trabajar con una gran Kahleah Copper en plan MVP dando todo lo que pudo y acercándose a las magiares hasta ponerse a 4 puntos (llegaron a ir perdiendo de 18). Fue un quiero y no puedo, se intentó, se trabajó, tarde eso sí, pero finalmente el equipo dio la cara y vendió cara la derrota, no podía ser menos, el orgullo de este grupo es tremendo, ni un pero a su trabajo y compromiso, llegar hasta aquí por segunda vez consecutiva está al alcance de muy pocos.

Los agradecimientos por parte de la mayoría de los medios, aficionados, instituciones son prueba palpable de lo que este equipo está consiguiendo, año tras año sigue en la élite aunque ello suponga crear una atmósfera rara, ajena a lo que el baloncesto femenino significa y acercándose más a culturas propias de los hooligans y ultras.

Creo que puede ser constructivo, incluso ejemplo de como demostrar a tus antagónicos colegas que tú les puedes aportar algo de lo que ellos carecen. Y es cierto, tienen prejuicios, cuando su forma de atacar es equipararte con los que sin duda están en contra de los valores deportivos, da mucha pena. Pido disculpas si mis palabras denotan prepotencia, precisamente algo de lo que nos tildan nuestros “haters», nada más lejos de la realidad, humildad y respeto no están reñidas con la competencia.

Conozcan la historia del Club Baloncesto Halcón Viajes, club nacido en la Usal (Universidad de Salamanca), más humilde imposible, en los 90 consiguiendo el ascenso a Primera División y con una carrera llena de lucha, esfuerzo, promoción de jugadoras (una tal Amaya Valdemoro con 16 años) y creciendo paulatinamente hasta llegar a competir con los más potentes equipos del panorama nacional, en un deporte minoritario como es el baloncesto femenino.

Comenzamos perdiendo, manteniéndonos, creando afición, llegando a play-offs, a copas de la Reina y las perdíamos todas… con esos ingredientes, muchos años de luchas, llegamos hasta aquí, no está nada mal, ¿no creen?

Quiero hacer este pequeño homenaje al club que con su esfuerzo da la cara por mantener la ilusión de una ciudad, por estar en lo más alto deportivamente y sin chulería, no es nuestro estilo, preferimos ganar con esfuerzo, con trabajo, que no nos regalen, pero que no nos quiten nada.

Gracias Avenida por representarnos dignamente en Europa, al menos nosotros sentimos ese Orgullo y queremos devolverlo con nuestro apoyo y cariño.

PD. Para alguien en especial: nosotros siempre apoyaremos a un equipo español de Liga Femenina Endesa en competiciones internacionales, incluso nos alegraremos de que consigan títulos, porque afortunadamente Cukurova solo hay uno y no está en este país.

Javier Martín