No hubo partido, simplemente no se disputó absolutamente nada en el encuentro de esta noche en Fontajau.
Avenida no compareció, la sensación del equipo en todo momento fue desastrosa y muy preocupante; algo pasa, o pasó porque se entregó el partido desde el primer momento.
No es desmerecimiento de Girona, pero es que sin un rival «decente» no hay nada más que hacer, sin defender, sin oposiciones a tiros, sin intensidad,… así pierde cualquiera.
Si los dos primeros cuartos fueron malos, lo que se vió después era una debacle total, sin discusión, nada que salvar de ese cúmulo de malas decisiones, desconcentración y sin nadie a quien destacar.
Girona se aprovechó de esta ventaja, sin rival, dejándoles hacer lo que quisieran, se antoja corto el correctivo aplicado hoy por las de Bernat.
Además, la ausencia de Carleton, inesperada y acusada probablemente por un equipo que ve cortada su progresión de una forma extraña.
Como detalle a destacar, el encontronazo entre Gardner y Vilaró, totalmente desproporcionado por parte de la americana y que le costó una técnica por su reacción.
Sin tensión y con la pista libre, Girona se llevó el segundo partido consecutivo que disputa en casa, demasiado pronto y con lecturas bien distintas entre uno y otro.
Como todo, pasará y esperemos volver a ver a un equipo que puede dar mucho más de lo que ha ofrecido.
Avenida a pesar de ello continúa en lo alto de la clasificación de su grupo, queda mucha competición y muchas cosas por jugarse, estamos a mitad de temporada y esperemos tener una nochebuena… pronto.
Javier Martín.