Dice el refranero popular «Dios aprieta pero no ahoga», el significado va dirigido a aquellas situaciones en las que se padecen desgracias o momentos de bastante dolor, aboca a quien lo sufre a invocar a la providencia a aceptar situaciones dramáticas a quienes se sienten abatidos.
Salvando las distancias, quizás resulte excesivo equiparar la situación deportiva de un equipo como Avenida con esa descripción, pero lamentablemente hay algo que si se aprecia ya en todo el grupo y es el abatimiento y desánimo.
En los casi 30 años que llevamos siguiendo a este club, no recuerdo haber visto una sensación tan pobre, con unas jugadoras sin alma, un juego completamente plano y un técnico que definitivamente ha tirado la toalla porque (ahora sí), sabe que no tiene soluciones para corregir la deriva que ha tomado el barco que él dirige.
El equipo lo venía anunciando hace semanas, las sensaciones eran malas, tras dos meses no hay una evolución positiva, las piezas no encajan, varias jugadoras no se han adaptado y lo peor es que todo eso se contagia y termina por abocar al grupo al fracaso, hasta las más comprometidas se ven superadas por una situación tan complicada.
Tras el triunfo en LF frente al Barça, las salmantinas viajaron a Francia para enfrentarse a Landes, conjunto que aún no conocía la victoria, pero en un lugar donde las azulonas ya sufrieron una dolorosa derrota el año pasado. Sin embargo la trayectoria en Euroliga permitía albergar una esperanza y recomposición del equipo que salvo el partido frente a Praga, no transmitía una situación tan preocupante como la que al final han evidenciado en el partido disputado en tierras galas.
Analizar lo sucedido es en vano, supone repetir lo que en anteriores partidos se ha visto y pone sobre la mesa cuestiones que la afición, ahora de forma más numerosa, comenta sin miedos y dando nombres concretos; ello no significa querer menos a tu equipo, ni siquiera se trata de hacer críticas gratuitas, simplemente tiene la intención de abrir los ojos a quienes tienen las armas para tomar decisiones cuanto antes.
Durante este tiempo se ha vendido a la Marea Azul que el equipo está dotado de un ADN especial, el cuál lo llevan dentro las jugadoras que componen la plantilla actual, unas por su trayectoria, otras por su pasado y las nuevas por sus cualidades, de eso poco o nada se ha podido ver este año.
Los fichajes no están dando el rendimiento que se esperaba; Hartley definitivamente no ha llegado ni demostrado absolutamente nada de lo que se esperaba de ella, su curriculum potente pero mermado por la lesión de larga duración era un riesgo que asumía el club, puedes venir como una grandísima jugadora, ser muy mediática, pero esto es Avenida y es mucho más importante que todo eso.
Antonia Delaere, con su pasado en LF que dejó muy buenas sensaciones en Zaragoza, auguraba ser una pieza muy interesante en el equipo, sin embargo se encuentra muy perdida, su aportación en ataque es prácticamente inexistente pero en defensa tampoco tiene ni la intensidad ni la fuerza que se exige en este club, no se ha adaptado y se la nota incómoda.
Olcay Çakir, evolucionó un poco tras su partido frente a Cukurova mucho mejor y más participativa, quizás la que más se haya integrado, mucha culpa de ello tendrán sus compañeras que la han arropado para que se sienta agusto en Salamanca, aunque la situación actual tampoco ayude para que la turca vaya a mas.
Lucía Rodríguez, poco o nada se puede decir de la joven madrileña, ausente un día sí y otro también, sin oportunidades ni minutos, poca o nula confianza del técnico gallego que no cuenta con ella más que para entrenamientos y minutos residuales en algún partido de LF, en pretemporada dejó muy buenas sensaciones, la gestión también empieza desde abajo.
Alexis Prince, vino como el estilete del equipo y cuando tiene el día su poder anotador es fantástico, al igual que la capacidad reboteadora dado su físico tan atlético, sin embargo desaparece y se oscurece por momentos con una irregularidad que un equipo como este no se puede permitir.
Laura Gil, la murciana volvió a Salamanca tras una gravísima lesión y tras pasar precisamente por Landes en donde estuvo la segunda parte de la temporada del año pasado. Su compromiso es innegable y sabe donde se encuentra, sin embargo la situación tras la lesión de Fasoula la hace tener un papel mucho más trascendental en el seno del grupo y aún no tiene el estado de forma que la identifica como la jugadora que es.
Sika Koné, explosiva y con demasiada juventud llegó la última pero está demostrando que puede ser decisiva, con una calidad que ya no sorprende a nadie, aunque tampoco se puede cargar toda la responsabilidad del equipo en ella, no tiene recambio y su efectividad se resiente al exigirle liderar la zona perfumera; es probablemente la mayor esperanza de este equipo de cara al futuro.
Leo Rodríguez, de lo mejor que hay en Avenida, puede tener sus partidos más o menos acertados pero la canaria casi siempre lo hace todo bien, comprometida y con auténtico ADN, lo siente y lo demuestra en la cancha cada día a pesar de no contar con el protagonismo que merece, cuando se encuentra en pista suceden cosas, fantástica y mágica.
Andrea Vilaró, ella es todo corazón y azul siendo la punta de lanza del equipo, imprescindible y eficaz, defendiendo y acertando de cara al aro, impulsiva y concentrada en darlo todo consiguiendo ser la pieza más importante de Avenida en partidos determinantes, su ADN es de los más valorados por la afición, indiscutible para todo aquel que le guste el baloncesto por su compromiso y entrega.
Silvia Domínguez, la capi lo es todo en el equipo, nada tiene que demostrar, ella sufre y disfruta lo que sucede en el seno del club como si fuera suyo, la identidad y pasión que desborda la de Montgat hace que sus seguidores la adoren como la leyenda viva que es, solo su presencia ha permitido encarrilar partidos que no tenían sentido, es tal su impacto que a pesar de su edad hace empequeñecer a jugadoras más jóvenes y vitales que ella; sigue disfrutando de una rápidez y calidad asombrosa.
Pepe Vazquez, el técnico gallego llegó a Salamanca tras la tortuosa despedida de RI, en un momento dramático para el conjunto charro y con una papeleta bastante gorda por la situación en la que quedó el equipo. Lo solventó bien el año pasado reconduciendo la rumbo, final de Copa y final de Liga, ambas perdidas pero se llegó, aunque con un equipo que contaba con jugadoras realmente buenas. Su proyecto de este año sin embargo está haciendo aguas, las dudas ya son realidades y su capacidad para estar al frente de un grupo como este comienzan a ser muy discutidas por parte de los aficionados.
En este punto nos plantamos, la dirección técnica que no sabe como dar con la solución a una crisis tan evidente, no hay juego, no hay ideas, no hay compromiso y la tendencia es hacia abajo en un Avenida que en los casi 30 años que llevamos viendo a este equipo, no recordamos ver con unas sensaciones tan malas y apáticas.
Para ser capitán de un barco no es suficiente ser majo, hay que ser bueno o el mejor, probablemente antipático, pero siempre serio y completamente preparado; en este mundo en el que vivimos tan especializado, te puedes encontrar con gente a tu cargo que sea muy buena pero compleja y ello te obliga a tener una capacidad de liderazgo que debes saber si está hecha para tí o por el contrario te supera.
El escenario que se le plantea a la directiva de Perfumerías Avenida es bastante difícil, tras la grave lesión de Fasoula ha de reforzar una plantilla que quedó expuesta y vulnerable a sus rivales, una excusa que no exime de culpa la mala imagen del equipo y que incide en la planificación de manera inesperada suponiendo un problema bastante grande; pero la situación ha llegado a cuestionar la gestión que hasta ahora se ha hecho del actual staff que compone la plantilla del conjunto charro.
Sin entrar a valorar las decisiones deportivas, el respeto a quien ejerce como entrenador debe prevalecer ante cualquier opinión por muy acertada o distinta que esta sea, cada uno tenemos una idea unos conceptos y una forma de llevar a cabo nuestros proyectos, pero hay circunstancias y situaciones que se repiten una y otra vez, dando como resultado fracasos y malas sensaciones, esto nos hace plantearnos como aficionados, como amantes del deporte si determinados componentes del grupo son o no adecuados para continuar en el mismo.
Está muy bien pedir disculpas, tener paciencia, ser humildes y afrontar con resignación el papel al que estamos abocados, pero también hay que tener en cuenta lo que hay detrás, arrastras a una masa de gente cuyas ilusiones acaban por derrumbarse, para ello hay que tener la capacidad de escuchar, de ser asesorado, de tener las agallas para aceptar que quizás no se haya acertado en todo y se deba rectificar cuando hay tiempo para ello, la entidad y lo que hay detrás lo merecen.
Esto es deporte y siempre hay que estar preparado para vivir épocas en las que tu «nombre» no implique la obligación de ganar y conseguir títulos, la trayectoria e historia de Avenida está repleta de esfuerzos tanto económicos como deportivos y vaya por delante el reconocimiento por lo mucho que se ha hecho (y se continúa haciendo) por el baloncesto femenino, estamos seguros de que todo cambiará y volverá a ser el club que desde abajo y con mucho trabajo consiguió hacerse hueco entre los más grandes equipos de Europa.
Javier Martín
GAMEDAY 5 EUROLEAGUE WOMEN
BASKET LANDES 69 (28+17+13+11): Kendra Chery (7), Mousdandy Djaldi-Tabdi (11), Luisa Geiselsoder (5), Alexis Peterson (2), Angela Salvadores (13) -cinco inicial-, Yohana Ewodo (4), SAm Fuehring (8), Marie Pardon (11), Louise Bussiere (0), Sixtine Macquet (8).
PERFUMERÍAS AVENIDA 48 (13+17+11+7): Olcay Çakir Turguz (2), Bria Hartley (0), Antonia Delaere (6), Alexis Prince (5), Laura Gil (3) -cinco inicial-, Silvia Domínguez (0), Leonor Rodríguez (7), Andrea Vilaró (10), Sika Koné (15).
ÁRBITROS: Özlem Yalman (Turquía), Chess Van Looy (Belgica), Silvia Marziali (Italia)