Hay partidos feos, pero que se tienen que ganar, y eso es lo que ha logrado hoy el Barça ante el Bayern. El equipo de Trinchieri ha peleado de tú a tú contra el Barça. Físicamente en muchos instantes han sido superiores. Pero la calidad al final se ha impuesto en los últimos minutos.
En un Palau que presentaba una gran entrada, el Bayern puso sobre el parqué todas sus armas para apagar al Barça. El primer cuarto así lo demuestra con un parcial irrisorio de 9 a 9 más propio de un partido de minis que de toda una Euroliga.
Muchos fallos por ambos equipos, pero que más afectaba la Barça porque el Bayern es un equipo de partidos a pocos puntos, y es lo que estaba consiguiendo. Las pérdidas de balón y no conseguir ningún rebote en ataque condenaban al Barça que se iba al descanso uno abajo y con malas caras entre sus jugadores.
Los datos enseñaban 0 rebotes ofensivos para el Barça y casi el doble de tiros para los alemanes, algo que seguro que Jasikevicius habrá recordado a los suyos durante el descanso.
El guión en el tercer cuarto poco ha cambiado, con pocos puntos por ambos equipos y con Bayern marcando el ritmo. En el Barça solo Kuric parecía capaz de romper el partido y con Lucic empezando a despetar.
Entraba el Barça con 4 puntos arriba pero con sensaciones muy negativas, ya que no era capaz de romper el partido. Apareció en el último cuarto un invitado de excepción como Exum.
El australiano, a punto de culminar su contrato temporal, consiguió meter una marcha más al ritmo del Barça y eso benefició a los de Saras que veían como Lucic se enchufaba en el último cuarto. Los 12 puntos de Lucic al final del partido los contrarrestó el Barça con buenas acciones de Exum, canastas fáciles de Mirotic bajo el aro y con Kuric demostrando su gran momento llegando a los 22 puntos.
Al final el trabajo del equipo que no se ha desesperado ha dado sus frutos, y el Barça ha sumado la 18ª victoria en esta Euroliga en uno de esos partidos que parecen más perdidos que ganados.
