El equipo de Ibon Navarro se llevó un duelo frente al Basquet Girona en casa en su regreso triunfal tras la gesta conseguida en Badalona
No cabía ni un alma en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena. Ambiente de éxtasis tras levantar la Copa del Rey en Badalona. Y, para el colmo, la celebración del título. Muchos condicionantes estaban presentes en la vuelta a la rutina de Unicaja y Basquet Girona tras el parón y debían de hacer frente a ellos.
Pese a que ambos equipos tardaron en carburar en los primeros compases del partido, la defensa exhaustiva de Alberto Díaz y la inspiración ofensiva de Darío Brizuela dieron alas al conjunto malagueño para poner tierra de por medio y poner un notorio 15-7 en el luminoso. Hill lideró una reacción momentánea de los catalanes, que fue neutralizada por ‘La Mamba Vasca’, que volvió a mostrar su arsenal ofensivo para que el primer cuarto concluyese 22-16 a favor de los locales.
Tras la reunión de los jugadores con sus respectivos técnicos, Melvin Ejim y Carter tomaron el relevo de sus compañeros y lideraron a Unicaja para tratar de estirar la ventaja, pero un gran Marc Gasol consiguió que no se alejasen el marcador. Esto provocó que los de Ibon Navarro se fuesen ganando por solo seis puntos al descanso.
La segunda mitad comenzó con grandes actuaciones de Osetkowski y Sima. Pese a que la tendencia de juego se orientaba al juego interior, el partido se tronó en un correcalles que benefició a Unicaja por su gran capacidad anotadora. El Basquet Girona vio como los malagueños aumentaron la distancia en el marcador hasta los 19 puntos con un 68-49.
En el último cuarto, Aíto no supo cambiar la dinámica negativa para su equipo. Debido a esto, el conjunto catalán entró en barrena hasta haber una distancia insalvable en el luminoso de más de 20 puntos. El canterano Mario Saint-Supéry no quiso faltar a la fiesta y se unió para cerrar el encuentro por 94 a 70.
