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Los nervios y el cansancio pueden con los pimentoneros, que pierden por 66-74 ante un crecido Unicaja Málaga
Ambiente de día grande en Murcia. Se colgó el no hay billetes ante la oportunidad de avanzar a su primera final de la ACB frente a su gente. Un Palacio de los Deportes lleno hasta la bandera presentó un precioso mosaico rojo en un día para el recuerdo de todos los aficionados del UCAM Murcia. Un equipo de presupuesto limitado que nunca había pasado de unos cuartos de final en sus 39 años de historia ha progresado a pasos agigantados gracias a un cuerpo técnico que ha sabido exprimir al máximo a la plantilla y la ha convertido en la mejor de la historia del equipo, firmando una temporada que hará progresar al club y hacerle subir peldaños de excelencia.
La presión estaba del lado pimentonero, pues habían ganado los 2 primeros partidos en Málaga y lo habían hecho parecer fácil, demasiado fácil para ser verdad. El líder de la liga debía tener un as en la manga y no iban a dejarse vencer así como así.
El partido empezó frenético, con una ventaja temprana del Unicaja Málaga, endosando un parcial inicial de 0-9 y Sito pidió tiempo muerto en los primeros 3 minutos del encuentro. A sus jugadores se les había encogido la muñeca y fallaban tiros desde todos lados, sorprendidos por arrollador inicio visitante. Anotaron 19 puntos en los primeros 5 minutos de encuentro, en contraposición de solo un triple de Dustin Sleva. El estruendo de la afición local hizo despertar al equipo, aunque tenían mucho trabajo que hacer, terminando el periodo 9-25 abajo.
Los pimentoneros reaccionaron en el segundo cuarto, recortando la diferencia rápidamente a menos de 10 puntos. Una defensa intensa marca de la casa les permitió robar balones y equilibrar la balanza, con jugadores como Caupain y Morin en todos lados, dejándose todo por el equipo. Un vendaval malagueño devolvió los dobles dígitos de diferencia gracias a taladrar la pintura murciana. 26 de sus 39 puntos llegaron alrededor del aro. Los de Sito Alonso firmaron porcentajes de tiro insólitos (18%) demostrando los nervios por querer cerrar la eliminatoria y su evidente desgaste físico (24-39).
Los murcianos salieron con el cuchillo entre los dientes y firmaron un parcial de 8-0 en 2 minutos para volver al partido. Lo que se creía que era la remontada fue rápidamente cortada por un Unicaja con mayor fondo de armario, que apretó el acelerador y alargó su ventaja hasta los 20 puntos. Para empeorar las cosas, un encontronazo entre Diagné y Carter resultó en una antideportiva para el primero y siguió minando la moral de los locales, que veían sus posibilidades alejarse a medida que pasaba el tiempo. Los locales se marcharon al último cuarto 21 puntos por detrás, 44-65.
El UCAM se lanzó a por la remontada con los jugadores en la reserva contra los malagueños superiores físicamente gracias a su rotación más larga. Eso no les importó a los de Sito, que llegaron a ponerse 10 puntos por debajo a falta de 3 minutos. Un triple de Caupain los acercó a 8 puntos a falta de 2 minutos, pero fue demasiado tarde para los de Sito Alonso, que murieron en la orilla.
Los murcianos tendrán una nueva oportunidad de cerrar la eliminatoria en el Palacio de los Deportes el lunes 3 de mayo a las 20:30, y los malagueños tratarán de forzar el quinto partido y llevarse la eliminatoria al Carpena.
