El Barça y su técnico, Roger Grimau, llegaban al partido contra Baskonia con un mar de dudas tras tres derrotas seguidas y cuatro en los últimos cinco partidos. Y el partido no empezó bien hasta que se puso el mono de trabajo y subió el nivel defensivo para dejar a un equipo tan anotador en solo 62 puntos.
Los de Ivanovic querían seguir con su buena racha con 11 triunfos desde que llegó el técnico y en su arranque del partido dieron buena cuenta de sus intenciones. Baskonia de la mano de Howard, que anotó 10 puntos en el primer cuarto, fue clave para las primeras ventajas de su equipo que se puso rápido con un marcador de 3 a 11.
El Barça no se vino abajo y poco a poco mejoró su rendimiento para recortar las distancias y apagar a los jugadores clave de Baskonia y lograr ponerse por delante en el segundo cuarto y no bajar el ritmo para llegar a ponerse con 10 puntos de ventaja.
Los triples de Moneke le dieron un respiro a los vitorianos que se acercaron a solo 4 puntos al llegar al descanso, pero la sensación que transmitía el Barça era mucho mejor que en los últimos partidos, obligado por las circunstancias con las últimas derrotas duras para el equipo de Grimau.
No quería el Barça perder un partido que podría ser clave para la continuidad de su entrenador y arrancó el tercer cuarto como un ciclón. Logró un parcial de 13-0 que le dio 15 puntos de ventaja mediado ese periodo ante la desesperación de su ex entrenador, Dusko Ivanovic. Que Baskonia solo te meta 11 puntos en todo un cuarto es una gran noticia para un equipo que no estaba bien en esa faceta defensiva en los últimos partidos. La renta llegó a ser hasta de 30 puntos y la afición culé disfrutó de su partido.
Los puntos de Parker, Jokubaitis y Willy Hernangómez fueron clave ante un Baskonia donde solo Howard, autor de 24 puntos, estuvo al nivel esperado en ataque para su equipo, que deberá seguir remando para asegurarse estar en la Copa del Rey de Málada, donde su afición es de esas que da gusto ver.
Al final 82-62 para el Barça que se toma un respiro ante un reto mayúsculo antes de acabar el año ya que tiene cuatro partidos a domicilio, tres en Euroliga (Alba Berlín, Zalgiris y Unicaja) y otro de Liga Endesa ante Unicaja Málaga y eso son palabras mayores.