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¿Qué haríamos sin la Copa?

Tras un duro año sin público en las gradas otra vez más la Copa del Rey nos ha dejado estampas imborrables en un escenario ideal. Con buen tiempo – únicamente cayeron unos chaparrones el sábado por la noche- y la Alhambra de fondo las calles se tiñeron de baloncesto y de convivencia sana entre aficiones.

Unos se han incorporado por primera vez a la fiesta (marea celeste del Breogán) y otros más poderosos (Madrid y Barça) se disputan los títulos en la final año tras año, salvo que Baskonia, Unicaja (los grandes ausentes de esta Copa) o Valencia lo puedan impedir. Cuando los resultados acompañan (Barça) se nota en la afición, y este año se pudo ver a una afición azulgrana mucho más activa que en otras temporadas -y la clásica Penya Meritxell estuvo mucho más apoyada en la grada 🙂 – Los Berserkers también animaron lo suyo y se dejaron la garganta en un Palacio granadino perfectamente preparado para la cita, así como el cercano despliegue hostelero para el aficionado -el estadio de fútbol colindante también ayuda lo suyo-

Pero esta vez fue el C.B.Murcia el que llegó al corazón del público, con una estupenda y ruidosa afición que tuvo casi contra las cuerdas a un Barça, que al final impuso su profundo fondo de armario en la pista. No podían dejar esta gran oportunidad por la cercanía geográfica con Granada. Curioso el intercambio de localidades con la del Manresa, ambas ubicadas en el mismo fondo A ellos se les unieron aficionados del Breogán y del Burgos para echarles una mano en la animación. Todo hace indicar que uno de los motivos de esa dosis anímica extra en club y afición fue que les faltó muy poco para quedarse sin Copa debido a casos de COVID-19 – o al menos Sito, que estuvo enfermo y llegó por los pelos –  Esperamos verlos en más Copas con al menos la misma ilusión. Echamos de menos más presencia (¡¡y ruido!!) de aficionados del Tenerife – que se ha convertido en un clásico copero – y Valencia, muy apagados en términos generales. Por otro lado no faltó la fiel e incombustible afición del Baskonia, equipo copero por excelencia a pesar de su ausencia en la cancha, con sus charangas y pasacalles.

Pasando al plano ambiental-organizativo el ambiente fue fantástico. El tamaño medio de la ciudad también favorece a la concentración de eventos en zonas cercanas y la facilidad para moverse. Música, concursos y actividades tomaron las calles. Los Iturriaga, Epi, Galilea, Flores, Jiménez, Margall, Francesc Solana, Toñín Llorente…estuvieron presentes en las plazas tomándose fotos y charlando con los aficionados. El maestro Aíto dio sus lecciones magistrales en el clinic de la MiniCopa. Otros menos ilustres como el pívot gallego Manu Gómez se ponían hasta el quico en los céntricos restaurantes granadinos… En definitiva, un sinfin de nombres relacionados con el baloncesto nacional. Nadie se quiso perder esta fiesta del baloncesto. Una fiesta donde tomarse una cerveza, hablar de baloncesto y hasta echarse un baile con un aficionado rival es la esencia de este maravilloso torneo.

@TarHeelsNC

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