Per Sempre, CapitAnna

“¿Y quién no lloró? Estaba por el medio del campo celebrándolo y pensé en el trabajo que cuesta llegar hasta aquí. Acordándome de cada una de las compañeras que han hecho esto posible desde cada categoría. Gracias a cada una de ellas por pasar por el Club; nos han empujado a ser mejores. El Valencia Basket puede llegar a dónde quiera”.

Sólo Anna, tras coronarse con su primer título continental, podía, entre lágrimas, acordarse de cada una de las jugadoras que le habían llevado hasta allí. Hungría, su valentía, esfuerzo y cariño, daban por primera vez una alegría al proyecto que había hecho crecer. Y es que, contra todo pronóstico, a sus 33 años volvía a casa.

Cargada de ilusión, ganas y emoción, en 2018 encarriló su primera temporada en Valencia; dónde no sólo rompió con los esquemas que encasillaban a un equipo de primer año en la máxima competición, si no que consiguió abrir imparablemente el techo de una ciudad que retomaba la necesidad de baloncesto femenino. Ella, obtendría el MVP Nacional ese año.

Con esto, cosechó alegrías, récords, sueños e ilusiones, que durante sus cuatro años, compartió con el amor inmensurable de una afición por ella. Dónde siempre mostró los duelos, sacrificios y frustraciones como la otra cara del deporte; haciendo más humanas a cada una de sus compañeras.

«Empezar a trabajar con un psicólogo ha sido una de las mejores decisiones que he podido tomar. Gracias a ello creo que he tenido la temporada en la que más he crecido a nivel deportivo y personal»

Aproximando la calidad de un deporte casi sin visibilidad a cada rincón de la ciudad, disfrutando y preocupándose por la formación de este en los más pequeños, Anna abrió y juntó corazones consiguiendo que “jugar con ella fuera un sueño” (Lorena Segura). Nunca marchó de un pabellón sin una sonrisa y palabras de gratitud hacia quiénes le seguían. Sin ofrecer firmas, fotografías y mensajes de cariño. Sin su calidad humana. Siendo persona antes que jugadora.

Marcando un antes y un después en la élite valenciana, en los corazones de cada aficionado y en los de quienes compartieron vestuario con ella, consiguió obtener el total de tres títulos: EuroCup Women, SuperCopa LF y SuperCopa Europa -todos ellos siendo capitana-. Así, cómo todos los premios «Trofeu a L´Esforç» que hasta día de hoy la afición valenciana ha entregado a la sección femenina.

Desde su adiós, aún difícil para gran parte de la afición valenciana, no han dejado de haber muestras de cariño, agradecimiento y admiración para la que siempre ha sido su CapitAnna. Quién, entre muchas, logró alzar el proyecto hasta el marco continental. El valor de Anna nunca residirá en lo que ofreció dentro de pista si no en quién tuvo la suerte de tenerla delante; y con ella ganaron todos.

“Estoy muy orgullosa de mi misma porque han sido momentos muy complicados, han sido momentos de lesión, de querer dejarlo todo y no me he dejado caer. He seguido luchando por mis sueños y estoy muy agradecida con cómo lo he hecho. Al fin y al cabo, no son los objetivos, no son los trofeos, no es la selección, no es a lo mejor el sueño que tenía de jugar WNBA, es cómo lo he hecho y he dado el 100%. Estoy totalmente orgullosa de lo que he conseguido, de quién soy ahora mismo y me voy sabiendo que no me tengo que demostrar nada a mi misma. Lo he intentado, lo he hecho lo mejor posible y aquí os dejo” (Documental 4TERNA – Anna Gómez Igual / A. Planas).

Eterna

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