El Barça jugaba con el riesgo de ponerse 0-2, un marcador que hasta la fecha nadie ha salvado una final. Y los nervios se han notado en al arranque con un parcial de 2-12 que demostraba el gran nivel del Real Madrid en esta final.
Le ha costado entrar en el partido, pero a base de lucha y pelea se ha acercado en el marcador con un Jokubaitis aportando la garra que le pedía Jasikevicius y dejando un 13-17 en el primer cuarto.
La rotación corta del Real Madrid no se notó en los dos primeros cuartos donde los de Chus Mateo no estuvieron acertados en ataque, pero a pesar de no jugar su mejor partido, se fueron al descanso empatados a 32 y con el Palau dudando. Un buen arranque de la segunda parte por cualquiera de los dos podía romper un partido de lo más igualado.
Los visitantes quisieron poner patas arriba la eliminatoria, pero Mirotic hoy no estaba dispuesto. Chafó el gran partido de Yabusele y el buen hacer de Tavares en ambos lados con muchos puntos de todos los colores. En el poste bajo superando a sus defensas y desde la larga distancia con tres triples de seis intentos.
Consiguió el Barça ponerse ocho arriba entrado el último cuarto, pero este Real Madrid no se rinde ante las adversidades y volvió a igualar el marcador tras una jugada de cuatro puntos de Yabusele y aprovechando los fallos y nervios del Barça en ataque.
A falta de cinco minutos y con el marcador igualado el partido se volvió loco, con muchos fallos en ambos lados. El calor se notaba en los jugadores y en el propio balón, y si le sumamos los nervios, encontramos un final donde el que menos fallara se llevaría el partido.
El intecambio de golpes se lo llevó el Barça que se pudo dos puntos arriba y el Madrid no supo ni adelantarse con un triple fallado de Causeur ni lanzar tras el rebote en ataque por pérdida de balón de Rudy.
Ahora la serie viaja a Madrid donde los de Chus Mateo tienen la posibilidad de sentenciar la liga y donde el Barça está obligado a ganar un partido mínimo si quiere devolver la serie al quinto partido en el Palau.
