Ya se ha hecho oficial el segundo fichaje del Barça 2022-2023 y vuelve a ser un jugador checo.
Esta vez muy conocido por la afición culé, ya que Satoransky, jugador anunciado por el club, ya
vistió la camiseta blaugrana antes de dar el salto a la NBA.
El base llega con un contrato por cuatro temporadas y con 30 años, parece que llega en plena
madurez para aportar desde el minuto uno en este proyecto ambicioso donde se encontrará
con su compatriota Vesely, anunciado la semana pasada.
En los últimos seis años ha jugado en la NBA con buenas temporadas, pero en esta última ha
pasado por tres franquicias, y eso en un jugador con familia siempre es un motivo para hacer
las maletas y volver al viejo continente.
Con 388 partidos en sus espaldas, vuelve al Barça para ejercer el rol de líder desde la dirección,
de donde se fue en el 2016 dejando un mensaje que hoy cobra más sentido: “Sé que me queda
algo pendiente con vosotros, culers. Algún día quiero levantar algún trofeo con vosotros”.
Bajo las órdenes de Jasikevicius espera cumplir esa promesa. Algo que seguro que no hará
Calathes, que parece estar negociando la rescisión del año de contrato que le queda.
El base griego pide 1,5 millones, cifra a la que el Barça no parece dispuesto a llegar. Las
negociaciones no serán fáciles por la delicada situación financiera del Barça que debe mirar
con lupa donde invierte el dinero de la sección.
Las relaciones del base con Jasikevicius parece que no pasan por su mejor momento y Calathes
y el club deberán llegar a un acuerdo para que un jugador que tendría una de las fichas más
altas el próximo año deje su sitio al Satoransky. Seguro que novias no le faltan a Calathes cuya
calidad ha quedado siempre de sobra demostrada.