Lo vivido ayer en el Ferrandiz es otro tipo de Baloncesto. Cuando lo que ocurren el la cancha no es lo que buscamos que ocurra, con más sombras que luces en el juego. Todos los ojos miran al hacia otra dirección, el banquillo desde donde se le dio la intensidad que en parque no se encontraba para conseguir la victoria que tanto se necesitaba.
Un HLA poco combativo y con mas aciertos que errores fue el que apareció ayer en el Ferrandiz. Al inicio del primer cuarto, un giro de guion ocurrió, un percance de Arteaga y su miedo a una lesión de rodilla, redujo su presencia a la mínima expresión. Ampliando la senda de la victoria. Con el 20-16 llegamos al final del primer cuarto.
El segundo cuarto empezó como acabo el primero. Con una mala defensa del perímetro, al igual que la dificultad para encontrar los rebotes, sumado a la casi nula presencia de Blaylock. Ni con todos estos contratiempos los jugadores visitantes intimidaron a los hombres de Rafa Monclova, que dos triples consecutivos de Steinarsson y Matulionis cerraron la primera parte el con un 38-34
El retorno al juego fue una continuidad de lo vivido hasta entonces, la historia parecía escrita, pero un HLA incapaz de romper el partido dejo salir vivo del cuarto al Oviedo en sus minutos más vulnerables.
Con un 49-56, empezó el último cuarto, parecía que todo estaba decidido, pero no era así, aunque llego la primera canasta en juego de Blaylock. Hasta este momento tampoco habían anotado Chapela, Rakočević y Berg. El encuentro entro en un intercambio de perdidas, y triples desaprovechados, un partido falto de tensión. Solo la inclusión de Crouch mantuvo a el Oviedo en partido, llegado a ajustar el marcador con un 70-68. Pero la aparición de Guillem y Gatell, volvieron la distancia de seguridad al marcador llevando al Lucentum a la victoria. Con el Debut de Arcones se cerraba la jornada en el Ferrandiz.