El Club Ourense Baloncesto llegaba a este partido tras recibir una contundente paliza en la cancha de San Pablo Burgos que dejaba al equipo muy tocado psicológicamente. De hecho su entrenador Félix Alonso presentó su dimisión el domingo pero fue convencido por la directiva y todos sus jugadores para continuar en el banquillo. Una vez solventado ese importante problema el objetivo era volver a ser el equipo que enamoró a la afición como líder ante un peligroso HLA Alicante.
La primera parte, a pesar del parcial inicial de 2-11, no pudo ser mejor en sensaciones para los locales. Su estrella Justin Turner entraba totalmente en juego después de su lesión exhibiendo su calidad (20 puntos, 16 al descanso). Con 46 a 29 en el electrónico la cosa pintaba muy mal para los alicantinos. Kostadinov y Davidson mantenían como podían a flote al cuadro entrenado por Antonio Pérez.
El Alicante intentaba recortar la diferencia en el marcador, pero el conjunto cobista supo mantener la ventaja adquirida a lo largo del tercer cuarto (60-44)
No obstante en el último cuarto a base de garra y de la mano de un gran Brad Davison desde el exterior lograban derribar la barrera psicológica de los 10 puntos y ponían el 62-53 en el marcador. Parecía que volvían los fantasmas al Pazo pero el tiempo muerto pedido por Félix Alonso dio serenidad a sus pupilos y el COB logró superar ese bache para mantener la diferencia hasta el final. Victoria importante para ganar confianza ya que el equipo cobista estaba frustrado mentalmente por no poder demostrar su verdadero nivel de juego cosechando varias derrotas seguidas.
La nota negativa la puso la pésima actuación del trío arbitral, especialmente la gallega Paula Lema que se tragó varias faltas personales cometidas sobre jugadores del COB y pitó otras de manera incomprensible. Además otra de ellas justo delante suya la tuvo que pitar el árbitro de cola, mucho más lejos y con mucha menos visibilidad. Para compensar y terminar de rematarla pitaron dos técnicas al Alicante, una por flopping y otra por protestar -totalmente innecesarias- en los compases finales. La LEB Oro no se merece este bajísimo nivel arbitral.