La verdad es que es una alegría ver competir al Joventut como lo está haciendo ahora, tanto en la Liga Endesa como en la Eurocup en un grupo bastante complicado. Los puntos que han llevado al equipo presidido por Juanan Morales a estar en esta situación son varios, además de notarse la fuerza a nivel económico que ha dado el inversor Grifols a la entidad.
La Penya siempre ha sido un club de baloncesto que ha luchado para estar entre los mejores, sacando cantera y superando la marca de sus mejores jugadores a otros equipos por motivos económicos principalmente. En estos dos últimos años ha conseguido juntar una base de jugadores bastante compacta que, si las lesiones les respetan, pueden dar guerra tanto en Liga como en Europa.
La base del equipo, como siempre, son jugadores de la casa, como el capitán Ventura, viejos conocidos como Pau Ribas y el recuperado Guillem Vives o Ferran Bassas o nuevos jugadores de cantera que poco a poco tienen más participación como Joel Parra o Pep Busquets.
También desde la dirección deportiva se ha acertado con la llegada de los jugadores foráneos que son clave en este tipo de clubes, logrando el año pasado que Tomic se quedará cerca de su casa y pasara del Barça a la Penya y este año está dando su mejor versión (18,2 puntos de valoración media).
Junto al gigante, se acertó con la contratación de Brodziansky y Birgander, a pesar se las lesiones del segundo, y este año se ha recuperado a un viejo conocido como Brandon Paul, que cuando esté en forma dará un salto de calidad al equipo. Junto a los fichajes de Andrés Feliz para reforzar la dirección del equipo y el gran rendimiento que está ofreciendo Derek Willis, el equipo está luchando por cosas muy interesantes en las dos competiciones en las que participa.
Además cuenta con Carles Durán que conoce a la perfección la filosofía del Joventut y está aplicando la fórmula perfecta para crear un grupo que cree en sus posibilidades, que se encuentra en posiciones de Copa del Rey y líder de su complicado grupo de Eurocup.
Una gran suerte que un histórico como la Penya vuelva a estar entre los mejores, y pueda crecer empujado por una afición que es de las que lleva a los suyos en volandas, y que sueña con llenar ese Olímpic de Badalona esperando grandes tardes de baloncesto como las de antaño.
