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Intenso partido entre franceses y argentinos para conocer al último invitado a la final del Mundial de Baloncesto en China, los diez sobre la duela lo dieron todo y nadie se arrugó, momentos decisivos para brillar y no fallar, Luis Scola lo sabía y empezó ejerciendo su liderazgo y mostrando su calidad, 10 puntos en la primera mitad para el veterano jugador sudamericano, a ello se agregaron 8 puntos de un Facundo Campazzo imparable para la defensa gala que tuvo que pedir un tiempo fuera tras ser arrastrados 10-0 sin respuesta a inicios del primer parcial.
La reacción francesa llegaría hasta el minuto 7 del segundo periodo con un mate al aro de Lessort solo bajo la canasta, De Colo y Ntilikina aparecerían también, no obstante la combinación Campazzo-Deck devolvía casi al instante la ventaja y cerraba el segundo cuarto con un triplazo de Campazzo sobre la bocina de manera increíble para poner el electrónico 39-32 favor de la albiceleste al medio tiempo.
El inicio de la segunda mitad abrió con una falta de Evan Fournier sobre un intento de tres de Luca Vildoza, presagio de lo que sería el tercer cuarto y en gran medida el resto del encuentro; una batalla de triples donde brillaría la artillería argentina para poner distancia de 10 puntos e irse al final del tercer periodo con pizarra de 60-48.
En el último cuarto apareció la magia de Laprovittola con un pase por la espalda para Scola que terminaría en bandeja sencilla para dos puntos más, mientras en la grada la hinchada albiceleste enardecía su cántico más y más, todo en presencia de Manu Ginóbili quien miraba desde el costado de la duela otra hazaña de su Argentina que había maniatado la ofensiva francesa que pudo con los estadounidenses y que en este partido caía a cuenta gotas; Rudy Gobert anulado y extraviado en la cancha como un irreconocible defensivo del año.
Como en las batallas épicas, la estocada final la puso el hombre del equipo, Luis Scola y no una sino dos veces con sendos triples seguidos a tres minutos del final para escribir en el marcador un 74-59, la mayor ventaja hasta el momento en el partido para los sudamericanos que terminó por quebrar el espíritu de lucha de los franceses que tendrán que conformarse con buscar el tercer lugar en el cuadro de honor.
Argentina brilló, con un Luis Scola como los buenos vinos, doble-doble con 28 puntos y 13 rebotes, último en activo de aquella generación dorada de la albiceleste que está encaminado a guiar a la madurez a una nueva camada de jugadores y a un equipo por el cual todos dudaban de ser capaz de trascender en este mundial y ha dado la sorpresa, demostrando que se puede creer en ellos y nunca desacreditarlos antes de tiempo; sí señores, el campeón panamericano sigue vivo y va a la final contra España.
