El tiempo llegó. No hay plazo que no se cumpla y la final del Mundial de Baloncesto en China marcó el ciclo de un campeonato más disputado entre dos selecciones como Argentina y España, dos quintetas que al inicio del torneo nadie daba por ellas más allá de cuartos de final o inclusive fase de grupos. El deporte da sorpresas y el baloncesto no es la excepción.
España abrió el marcador del partido con un triple de Pierre Oriola y se siguió con un doble de Ricky Rubio y un triplazo de Marc Gasol para iniciar con una racha de 7-0 sin respuesta por parte de los argentinos que contestaron hasta el minuto 7 de acción con una canasta de dos puntos por parte de Nicolás Brussino. Peculiar inicio para el partido final donde desde ese momento se zanjó el destino del mismo.
Primer parcial donde brillaron Rubio con 4 puntos y Oriola con 5, de parte de los argentinos, Brussino se apuntó 8 puntos para mantener a la Albiceleste motivada después de una racha 9-1 al final del cuarto con el marcador 23-14 a favor de los españoles. Para el segundo cuarto las cosas no fueron tan diferentes con España cómoda en la cancha y una Argentina inhabilitada en su delantera sin que Campazzo o Scola hicieran notarse, por el otro lado apareció Rudy Fernández con 2 encestes de tres puntos seguidos y se echó 8 puntos al final de la primera mitad para que su equipo se fuera al descanso 43-31 sobre los sudamericanos.
La segunda mitad aguardaba una agresiva reacción de Argentina y así lo fue con el saque inicial que España perdió y por primera vez en el juego los argentinos parecieron diferentes a los del primer tiempo. Finalmente apareció Luis Scola para paliar la desventaja en el marcador, aunque lo hizo desde la línea de tiro libre donde se despachó con 6 puntos en el tercer cuarto, pero nadie más ayudó y nuevamente la Furia Roja se hizo sentir en la duela con la dupla Gasol-Rubio que fue la orquestadora en el ataque español con la mayor racha de 12-0 sin respuesta argentina y que puso la ventaja más amplia en el partido con 22 puntos de diferencia a falta de 5 minutos para finalizar el tercer periodo. Argentina estaba contra las cuerdas y más o menos pudo meter las manos para evitar el nocaut y se fue a descansar al banquillo con el electrónico 47 a 66.
En el último cuarto Argentina se jugaba la vida, matar o morir, que respondía con una canasta rápida de Gabriel Deck ante una mirada expectante de Manu Ginóbili presente en el público. Ante un Scola contenido de manera perfecta por la mejor defensa del torneo, el equipo se lo puso al hombro precisamente Deck, que con 5 minutos por jugar tomaba el balón a costa de la pérdida de Rubio y con tremenda volcada acercaba a 12 puntos a la Albiceleste que sentía un empujón anímico y mantenía las esperanzas de los fanáticos en la grada.
No fueron suficientes los 15 puntos de Deck en el último cuarto y Ricky Rubio puso el último clavo del ataúd de los argentinos con un bombazo de tres a 1:30 del final. España olía a oro una vez más, las lágrimas en la banca de Sergio Scariolo no se hicieron esperar y los ibéricos en la tribuna festejaban un triunfo más de la ÑBA.
Segundo título del mundo para España, logro que los coloca ya en los anales de la historia con una generación interesante de baloncestistas: Fernández y Llull, los hermanos Hernangómez, Gasol, primer español campeón NBA y campeón del mundo, la consagración de Ricky Rubio como MVP de la final y por supuesto todo el mérito para Sergio Scariolo como la punta de lanza de el proyecto que nunca dejó quebrar el ánimo del equipo y supo sacar su mejor baloncesto cuando se requirió en los momentos precisos.
En hora buena para el basquetbol español. Hay un nuevo monarca del deporte ráfaga en el mundo y se grita ¡España!